Grandes amigos

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Sebastián de la Nuez

Esta foto la tomó el fotorreportero Vicente Correale para el diario El Universal durante un juego en el Estadio Universitario en fecha que no recuerda (años 80, probablemente). Completamente a la izquierda, sin alusiones ideológicas, el director actual del diario Últimas Noticias, Eleazar Díaz Rangel. A su lado, el campocorto David Concepción, campeón con los Rojos de Cincinnati y, en su país, ligado siempre a Los Tigres de Aragua aun cuando cargue aquí una franela de los Tiburones. Después, el ex candidato presidencial y director de Tal Cual, Teodoro Petkoff. A la derecha, el periodista y dirigente gremial Víctor Rodríguez Coa, quien representaba al partido MAS en el sindicato de la Prensa. En segundo plano, un caballero no identificado.

En el libro Viaje al fondo de sí mismo, una larga entrevista que publicó Editorial Fuentes a Petkoff en 1983, el entrevistador Ramón Hernández le pregunta al fundador del MAS sobre sus preferencias beisboleras. Se declara Petkoff fanático de La Guaira pero recuerda que originalmente era del Vargas, porque vivía de muchacho en la urbanización Bolívar, en Chacao, y un vecino, Juan Reggetti, era el dueño de ese equipo. Pero después, cuando apareció La Guaira, le trasladó su fidelidad. Hasta el sol de hoy.

Por su parte, Eleazar Díaz Rangel ha sido un defensor del béisbol, y se ha quejado públicamente porque los estadios de fútbol en Venezuela son mejores y más nuevos, aunque tengan menos asistencia de fanáticos que los de béisbol. En fin, es un excelente comentarista del deporte.

Petkoff y Díaz Rangel eran buenos amigos, en el deporte y en la política. Hay fotos que capturan un momento y la imagen queda congelada, amarrada a ese instante de por vida. Un encuentro, un acontecimiento, un gesto. Hay, por otra parte, fotos que no se limitan a congelar un instante sino que se mueven conforme pasan los años.

Este encuentro, estos gestos captados por Correale, no permanecen igual porque la mirada del espectador ha cambiado. Sabe que en medio de esa foto hay camaradería y emoción pero está implícito, además, el día después. Alguien en la imagen está mirando hacia el lado exactamente contrario al de los demás; y por añadidura su sonrisa no tiene sentido. Es la sonrisa de quien escuchó el batazo, sabe de qué está hecha la bola y cuánta velocidad puede alcanzar pero ni idea de su trayectoria.

Foto: cortesía Vicente Correale.