Un vanguardista entre el telón y el aplauso

Hombre de magnetismo personal que combina timidez con polémica, cuenta con sentido de la oportunidad. Lleva en sus venas el gen de las artes.  Padre del teatro de vanguardia en […]

Hombre de magnetismo personal que combina timidez con polémica, cuenta con sentido de la oportunidad. Lleva en sus venas el gen de las artes.  Padre del teatro de vanguardia en Venezuela, este año conquista una vez más a su audiencia con la novena edición del Festival Internacional de Teatro. El hombre detrás del telón: Carlos Giménez

Astrid García

Es un argentino cuyo acento neutral es incapaz de pronunciar un ¡che boludo!, tiene una voz pausada y una actitud que denota su puesta en escena rigorista y sin concesiones. Una mirada que se ciñe mientras expresa un comentario crítico y que refleja las primeras muestras del paso del tiempo a sus 46 años de vida. De su país de origen solo conserva un ego invisible en el que oculta los múltiples reconocimientos que ha ganado como dramaturgo, escritor y actor.

Un primer acercamiento frustrado al escenario se da a los 13 años cuando ingresa a la Escuela de Teatro de Córdova, donde una docente le invita a revisar su vocación, pues en el mundo del arte no tendría futuro. Hoy llega como de costumbre a su lugar de creación, la Fundación Rajatabla de la cual es el principal ideólogo. En lugar de pasar a su oficina, va directo a la sala de ensayo que permanece en la oscuridad aguardando por los actores. Viste una camisa roja de botones, remangada hasta el antebrazo; al sentarse deja entrever la perfecta combinación de color entre sus medias y los zapatos. Separa sus finos labios y comenta su frase preferida de García Lorca: “El teatro es el barómetro que marca la grandeza o el descenso de un país”.

 

RENACE EL TEATRO EN VENEZUELA

Llega a Venezuela a los 22 años, saliendo de un contexto donde la bota militar ha pisado las bases de la democracia en casi toda Latinoamérica. Es un tiempo en el cual Costa Rica se mantiene invicta y la Pequeña Venecia respira sus primeros aires de libertad con el gobierno recién electo de Raúl Leoni.

Frente a un escenario vacío, pierde su mirada hacia el horizonte y recuerda el inicio de la Fundación Rajatabla:

Mientras dirigía algunos proyectos con el Ateneo de Caracas, Antonio Miranda se me acercó para montar un espectáculo a partir de su obra Tu País Está Feliz”. Ya les había hecho esa propuesta a otros directores como Levy Rossell y Horacio Peterson, pero ellos se habían negado. Acepté porque vi en el poemario una oportunidad para hacer teatro de cara a un público juvenil.

En una fecha que aparece pocas veces en el calendario —28 de febrero de 1971—, se estrena el musical Tu País Está Feliz, con el primer desnudo colectivo en el quehacer nacional de las tablas y en cuyo éxito se crea Rajatabla. Desde su arribo al país, Carlos ha mostrado en sus obras un interés por la crítica ante el poder y demás estructuras de la sociedad. Pone de manifiesto la fusión entre lo ético y lo ceremonial con su primera trilogía Sr. Presidente, El candidato y Héroe nacional.

“Siempre he tratado de escapar de los esquemas y de los dogmas que hacen del teatro una actividad pobre no en recursos sino en creatividad”, afirma el dramaturgo mientras intenta observar la hora en su reloj de correa negra y marco plateado que siempre luce, pero que hoy ha olvidado. Su propuesta estética no se separa de su propuesta ideológica. Considera que en este arte él se sale de esos lugares comunes que demeritan y van en contra de lo que es esencialmente popular. Puntualiza:

Lo que uno busca en el teatro no es copiar un elemento externo de la vida, sino interpretarlo

  

CRÍTICA DEL ARTE COMO ESPECTÁCULO

Plantea que el teatro no debe estar al servicio del espectáculo, sino el espectáculo al servicio de este.  Más allá de la relevancia de los elementos escenográficos, lo importante en Rajatabla es ser un foro escénico que evidencia la complejidad de la vida contemporánea. De esta manera intenta mantener un pensamiento, discurso y ambiente del nuevo realismo crítico en el arte. Hecho que puede ubicar a la fundación en el rol de teatro documental venezolano.

Con un tono de voz que permanece inmutable por la fuerza del mensaje, Carlos señala:

Los problemas del espacio, del trabajo, de la interpretación parecieran ceder lugar frente a un criterio cerrado y dependiente. En mi opinión, es preferible un experimento fallido a una copia mediocre del aburguesamiento estético.

Desde el nacimiento de Rajatabla se evidencia una diferencia entre el teatro comercial y el teatro de arte. En el primero se privilegia las ganancias económicas, mientras que el segundo apuesta por la realización del actor, en tanto que ofrece un análisis reflexivo de un texto sobre la realidad del momento. En tal sentido, la participación de la audiencia en lo comercial es vista de acuerdo a la necesidad de impactar a la mayor cantidad de personas para obtener más dividendos, brindándoles a estas un espacio de recreación en un campo de acción donde no exceden más de 3 millones de habitantes en Caracas.

 

RAJATABLA EN NÚMEROS

Del presupuesto total de las actividades de la fundación Rajatabla, 70% es cubierto por ingresos que vienen del exterior con sus múltiples presentaciones alrededor del mundo. El otro 30% es costeado por el Estado, siendo esta iniciativa la que logra el primer subsidio para el mundo del teatro en la historia del país.  “Obtuvimos el primer aporte económico en 1977, fueron 20 mil bolívares mensuales. Después, el Congreso nos aprobó un millón y medio de bolívares, pero el ministro Ignacio Iribarren nos quitó 500 porque le parecía que era mucho dinero”, agrega.

El apoyo por parte del Estado a nivel económico se mantuvo bajo en los primeros años de funcionamiento de la organización. En el presupuesto del Consejo Nacional de Cultura no se concedía el 0,5% del presupuesto general del país que fija como necesario la UNESCO. Carlos manifiesta: “El gobierno de Jaime Lusinchi no se detuvo mucho en la cultura. En ese alto nivel de la política quizás en un inicio no se creía mucho en el arte”.  Con la llegada del ministro José Antonio Abreu se abre un mayor apoyo al mundo del teatro, que antes no se encontraba en la misma lista de ayuda que se brindaba a otras actividades artísticas.

 

FESTIVAL INTERNACIONAL DEL TEATRO

El evento realizado de forma bienal —desde su creación en 1973— es visto por Carlos de acuerdo a una división según las características que estos expresan. Para él, existen tres tipos de festivales: el que hace las organizaciones que obtienen dinero a cambio, el de menor trascendencia que sirve para mostrar el trabajo entre los mismos artistas; y el Festival Internacional de Caracas, una actividad que se hace para los demás, para que miles de personas participen.

En esta oportunidad, el festival estuvo valorado en más de 20 millones de bolívares para su realización. Sin embargo, el director considera que cualquier gasto que se haga en cultura siempre es positivo. Agrega:

Es una inversión a largo plazo. El país no se va a arreglar porque se gaste unos cuantos millones en el festival, en un momento en el que además el presupuesto de la cultura aumentó diez veces: de 360 millones a 3 mil 600 millones. La cultura no es rentable en el mundo en términos de números, pero tampoco son rentables los hospitales, las escuelas, las universidades. No son rentables en lo económico, sino en lo social. Y ese aporte social es el que buscamos dejar con el evento.

 

EL TEATRO EN EL FUTURO

Romper el mito que divide a las personas de la farándula de la alta cultura es uno de los deseos de Carlos Giménez. “Es necesario eliminar las falacias entre los actores de televisión y los de teatro para que se permita a un individuo desarrollarse en todas las disciplinas del ámbito creador”, expresa el escritor.

Los primeros pasos para ello ya están dados con la firma del presidente Carlos Andrés Pérez a un proyecto que busca unir todas las artes en un mismo espacio: El Centro Nacional de las Artes Integradas, pensado para la Venezuela del siglo XXI. Carlos considera que la iniciativa  potenciará la investigación, formación y el trabajo interdisciplinario, especialmente para la juventud venezolana.

La esencia del centro partirá del principio de pedagogía al contemplar  áreas de laboratorio, biblioteca, hemeroteca, investigación, zona recreativa, cinemateca y demás espacios de aprendizaje. “Una organización que no se renueva está destinada a morir, pues el teatro es un espejo de la vida, es así como se hace vital la conformación de más estructuras que permitan universalizar el arte”, manifiesta el creador de una visión vanguardista del teatro.

17/09/2014

 

Fuentes consultadas

  • Moreno Uribe, E. A. (1994).  Carlos Giménez: Tiempo y Espacio. Caracas. Vadell Hermanos Editores.
  • Sánchez, B. y Rojas, D. (1991).  Rajatabla: 20 años de vida para el teatro.  Monteávila  Latinoamericana.
  • Documentos privados de la Fundación Rajatabla.

 Fuentes audiovisuales

  • Entre Vistas de Geraldo Huillier. 1981. México.
  • Alta Noche de Elizabeth Camino. 1993. Venezolana de Televisión. Venezuela.
  • Fuego Cruzado de Leopoldo Castillo. 1990. Venevisión. Venezuela.

 Fuentes vivas

  • Aparicio, Gladys: fue secretaria ejecutiva de Carlos Giménez.
  • Blanco, David: diseñador de luces para teatro.
  • López, Williams: director de Promoción de Rajatabla y miembro fundador de la organización.
  • Pérez, Laura: recepcionista de la Fundación Rajatabla.