En confianza con un periodista revolucionario

09Villegas_EM (Small)El director del diario Ciudad CCS considera que su mejor militancia es detrás de un escritorio y no en las reuniones del PSUV. Producto de ello es su reciente libro −Abril, golpe adentro−  que no adjetiva como imparcial. Con dieciocho años de experiencia en el reporterismo político, habla sobre la batalla ideológica de las palabras

 

Yoersis Morgado / Cursante actual de Entrevista Periodística

Aunque tiene 3.5 de miopía, no necesita gafas para aclarar su visión política. No titubea al afirmar que es revolucionario pese a que no renovó su inscripción en el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Como periodista, sí necesitó sus cristales cuadrados para indagar datos referentes a los acontecimientos del 11, 12 y 13 de abril de 2002. Con ello, escribió el libro Abril, golpe adentro, el cual define como una reconstrucción cronológica que trata de acercarse lo más posible a la realidad.

Vestido con camisa de cuadros azules con rayas rojas, jeans y zapatos deportivos marrones, llega media hora después de la cita pautada el periodista Ernesto Villegas Poljak, de 39 años de edad. Con amabilidad se disculpa por el retraso y se sienta en su escritorio, ubicado frente a la ventana del segundo piso de la sala de redacción del periódico Ciudad CCS. “Es la mejor vista que he tenido de todos mis trabajos”, se complace al referirse a la Plaza Bolívar de Caracas.

Para entrar en confianza, tal y como se llamaba su programa que se transmitió en Venezolana de Televisión (VTV) desde 2001 hasta 2008, el director del periódico gratuito, promovido por  la Alcaldía de Libertador, cuenta que su apellido Poljak es de origen croata y que su mamá es una judía croata que llegó a Venezuela huyendo del nacifascismo. “Tengo un hijo, que yo sepa”, bromea para hacer más amena la conversación que se inicia.

 

Militante desde el escritorio

Hay carpetas amarillas debidamente ordenadas, una computadora, dos teléfonos Blackberry y un obsequio de navidad. Sobre el escritorio no hay otro libro más que el que él bautizó recientemente en el Teatro Teresa Carreño. Con su primera muletilla –“este”–  confiesa que tiene detenida la lectura porque no le alcanza el tiempo ni para atender el periódico que dirige, debido a que ha tenido que viajar al interior del país para presentar su libro. Además, en su agenda figura su programa “Buscando el equilibrio” en Jazz 95.5 FM y su columna semanal en Quinto Día.

Es indisciplinado. Sí,  porque no cumple con su rol militante en el PSUV. Sólo se inscribió la primera vez, luego dejó de presentarse en las reuniones del partido y no asistió a las mesas cuando se realizó la jornada de reinscripción. Afirma que se siente más útil desde el escritorio, escribiendo libros y dirigiendo un periódico. No descarta la importancia de que exista un partido con el fin de llevar una organización, pero enfatiza que hay muchas maneras de militar: “He reparado cámara de televisión, arreglo cables, levanto luces”. Tampoco tendría problema en ir a defender la frontera en caso de que sea necesario, pues cuenta con buena puntería al usar un fusil AK-103. Sin embargo, repite que se siente más útil como periodista.

 

Batalla de palabras                                                                                                                  

Prefiere no usar el adjetivo imparcial porque duda de la existencia de la imparcialidad en la sociedad venezolana. Para el periodista de la “revolución a diario” –lema de Ciudad CCS– la mejor descripción de Abril, golpe adentro es la que haga el lector: “Cada pulpero alaba su queso, pero yo me abstengo de hacerlo”.  

Según Ernesto Villegas, el periodismo de hoy se hace en medio de una crisis de la credibilidad. Para él, los venezolanos tienen derecho a no creer en los medios de comunicación porque los periodistas, incluyéndose, se han equivocado cuando ofrecen una información sin sustento de fuentes o argumentos. Las tendencias políticas de los medios de comunicación es parte de esa crisis, pero, reconoce que ni el periódico que dirige se escapa de poseer una ideología.

Cuando salió a flote el tema de la libertad de expresión, Villegas pronunció su segunda muletilla (eh…), asegurando que no conoce otro país con mayor libertad de expresión que Venezuela. A su juicio, el problema es que quienes más se expresan a través de los medios, “hablando desde la A hasta la Z”, son los se quejan de que no existe ese derecho.

Villegas piensa cada vocal, cada consonante antes de pronunciar una palabra. Tiene una actitud de seguridad: “El trabajo tuyo es hacer una pregunta que yo no espere, el mío es contestarte”. Mira con firmeza a su interlocutor, casi una mirada intimidante. Quizás su disposición se debe a esa capacidad de dominio del escenario de la entrevista que le ha dado su experiencia como periodista político desde 1991 en diversos medios, como Últimas Noticias, El Nuevo País, El Universal, VTV.

Ser subjetivo u objetivo es un dilema constante en los periodistas. Sin rodeos, Villegas afirma que en todo trabajo periodístico se refleja la subjetividad del reportero: “Si yo llamo a Micheleti  presidente o si llamo a Zelaya presidente, lo estoy diciendo todo”, refiriéndose a que el primer campo de batalla ideológico es el campo de las palabras. Considera que el periodista o el medio de comunicación son sesgados por la forma en que se denominen las cosas, situaciones y personajes.

Su recomendación es reducir la presencia del periodista y aumentar las voces de las fuentes consultadas. Ejemplo de ello es Abril, golpe adentro: “No me hace falta que la gente crea en mí, sino en que lean el libro y vean las fuentes que cito: habla Carmona, Lucas Rincón, Chávez”. Afirma que el sesgo que pueda tener su opinión en el libro, queda compensado con las declaraciones de las fuentes.

 

Desde adentro

En las estanterías de las librerías se hallan diversos libros relacionados con el 11 de abril. Villegas destaca que su texto se diferencia porque contiene las declaraciones que ofreció, el 27 de septiembre de 2004, Rafael Arreaza –ministro de Salud efímero durante el gobierno de su primo Pedro Carmona Estanga–, a Danilo Anderson sobre lo que vio y escuchó durante los días 11, 12 y 13 de abril de 2002. A ello se debe el nombre del libro, pues se destacan los testimonios de quienes “participaron en el golpe, quienes estaban dentro del golpe”. 

Abril, golpe adentro fue el más vendido en la Feria Internacional del Libro de parque Los Caobos, pues de 5 mil ejemplares que se imprimieron, se vendieron 2 mil 300. Antes de publicarlo, Villegas le leyó algunos fragmentos a su hermano Vladimir Villegas –también periodista y ex activista del chavismo. De hecho, Vladimir aportó datos sobre su propia participación en la retoma de la señal de VTV durante los sucesos de abril. Aunque Ernesto no sabe si su hermano leyó completo el libro, asegura que sus relaciones con él son “extremadamente buenas”, frase que pronunció con énfasis en “extremadamente”.

El director de Ciudad CCS tiene amigos revolucionarios de toda la vida y otros no revolucionarios. No se considera amigo personal de Hugo Chávez pero sí se ha tomado un café con él ante las cámaras de VTV. Afirma que lo ha visto muy pocas veces y que más que un amigo es un líder. La última vez que le hizo una entrevista al Presidente fue en 2005 en Montevideo a  propósito de una cumbre del Mercosur. Cuenta que  Chávez tiene el arte de dominar las entrevistas: “El trabajo del político es responder según el esquema que quiere comunicar, pero yo  trato de tomar la batuta”.

 

 

Ni con gafas quiere ver lo que ocurre con la oposición. Hace caso omiso a las huelgas y a cualquier otra manifestación que realicen los estudiantes o la oposición venezolana: “Le presto poca atención”.

La situación que sí le preocupa es la crisis bancaria. Aunque confía en que no se repetirá la historia de 1994 y señala que no posee cuenta en los bancos intervenidos recientemente, sostiene que cualquier crisis financiera afecta a toda la sociedad. Teme que la situación le impida comprar un apartamento en los próximos meses, vivienda que quizás amenizará con Tin marín, de Alí Primera, su canción favorita.

Aunque es ciego ante las acciones que hace la oposición, considera que el proceso electoral que se efectuará en 2010 es crucial. Ante este tema, Villegas hace una pausa. Durante ese lapso de silencio, piensa sus palabras y cuida lo que va a decir. Luego, pronuncia que el proceso de selección de los candidatos a la Asamblea Nacional debe conjugar una serie de virtudes que no sea sólo la disciplina partidista: “Se debe defender la multiciplidad de criterios”. La presión del tiempo apura el final de la conversación y Ernesto Villegas regala a su interlocutor un ejemplar de Abril, golpe adentro.

 

Foto: Ernesto Morgado