Asómate aquí con Pérez-Luna

Ha retratado a media humanidad en 44 años andando de aquí para allá. Y no sólo gente. Ha retratado puertas y ventanas, latonería desvencijada y tortas barquisimetanas. Tiene un ojo que no se detiene, registra imágenes en constante mudanza y de repente, ¡click!, las congela.  Es Alexis Pérez-Luna y estuvo con los alumnos de la UCAB

Aritzaith Rodríguez / Cursante de Entrevista Periodística

Pérez-Luna se inició en 1964 en el Centro Cultural del Convenio Andrés Bello como fotógrafo de cartelera; luego, para 1968, comenzó sus estudios de economía en la UCV y también sus relaciones con un grupo de artistas. Trabajó como reportero gráfico en El Nacional para la sección cultural de la mano de Luis Alberto Crespo. Crespo le dio gran libertad para fotografiar, algo inusual en prensa: “La prensa no da flexibilidad en la fotografía. Se debe seguir la línea editorial”.

Al comenzar su charla, pregunta si la cámara miente. Angie Benitah asegura que las imágenes podrían manipularse, mientras que Sharelly De Santis afirma que al tomar una foto se plasma la visión del autor. Pérez-Luna:

La cámara no miente, el fotógrafo sí. El fotógrafo es un gran manipulador; puede ser un gran manipulador, un gran mentiroso, un gran contador de historias.

Los fotógrafos o reporteros gráficos deben fotografiar los lugares tal y como están. Deben adaptarse a la escena.

Pérez-Luna muestra más de un centenar de imágenes que trae en su pen drive, en blanco y negro. Invita a observar su trabajo e ir realizando preguntas. Las manos comenzaron a levantarse.

—¿Le da mayor valor a la fotografía en blanco y negro que a color?

―Yo creo que sí. El color nos viene dado un poco a finales de 1890 con Kodak. Es un color pálido. Un concepto de la vida norteamericana muy de pueblo. El blanco y negro viene a darle dramatismo, elementos afectivos y emocionales.

Cita a una fotógrafa española, Cristina García Rodero, quien dijo que “el color es adjetivo. El blanco y negro es emocional”.

—¿Cuántas copias debe realizar para obtener la foto deseada?

―Hay dos etapas. Primero el revelado del negativo que es lo más angustiante. Una vez que revelas el negativo viene el copiado a papel y depende de muchos factores. A veces pones el negativo, el papel en la ampliadora, el tiempo lo deduces; cuando es así, que es muy raro, generalmente uno gasta tres hojas, a veces diez, a veces ocho, dependiendo de lo difícil que pueda ser la copia.

Cuando se logra una copia perfecta en el momento tiene que hacer tres o cuatro adicionales porque más nunca va a lograr hacerla así; el copiado perfecto tiene que ver con la temperatura del laboratorio, con la composición de los químicos e incluso con el estado de ánimo.

—¿Cómo hacer para insertarse en el contexto y fotografiar de cerca o de lejos sin que los individuos se intimiden?

―Desde el comienzo empiezas a caminar de un lado a otro, a tomar fotos. Pasado un rato te olvidas de mí. Cuando llegas a cualquier lugar tienes que buscar la manera de que no te vean. Después de un momento empiezan a no notarte.

—¿Tiene temas que lo obsesionen?

―No me obsesionan pero sí que me afectan mucho. Son los temas de parques infantiles y carros o estructuras abandonadas. Temas como investigación, como búsqueda.

—¿Hasta qué punto se arriesga para obtener la noticia?

―Ningún punto. Yo creo que no hay ninguna foto por la cual valga la pena arriesgar la vida.

Otra pregunta de rápida respuesta estuvo relacionada con las figuras reconocidas del país. “Me siento más identificado con lo común, con la calle, el pueblo; barrio más que pueblo, zonas viejas de Caracas. La vida cotidiana del caraqueño promedio”.

Las fotos son escenas de diferentes partes del mundo. En varios momentos recalca que ninguna foto es preparada. Sus fotos son más que todo frontales “quizás porque yo soy así, directo, frontal”. Le parece terrible el uso del zoom. “El mejor zoom son los pies”.

FOTOS DE ENTREVISTA

Asegura que las fotos deben tomarse a riesgo de una boca abierta o de unos ojos cerrados. En el caso de que quien realice la entrevista haga las veces de fotógrafo, es decisión del periodista tomarlas antes o después; sin embargo, recomienda antes de la entrevista.

Luego de 44 años trabajando con la fotografía analógica en blanco y negro, decidió incursionar en la fotografía digital, y para el momento lleva dos años trabajando a color. “Después de tantos años descubrí que puedo ver en colores”. Dijo que una de las mayores desventajas de estas nuevas cámaras es que influyen en que el fotógrafo adopte la tendencia a revisar continuamente las fotos, lo cual puede significar la pérdida de momentos preciosos para fotografiar. «Los fotógrafos somos personas que vemos un espejo a través de una ventana” y deben estar atentos a lo que quieren fotografiar.

Concluye su plática con una muestra de su más reciente trabajo: secuencia de retratos para un libro. Tuvo que fotografiar a todas las personas en vertical. Asegura que con este trabajo no se sintió muy cómodo pues “hay gente que no es vertical”.