Borges como entrevistado

BORGESEl mejor Borges es el Borges conversador, es decir, el Borges de las entrevistas y las charlas como aquellas sobre el tiempo o la del cuento policial.

Sebastián de la Nuez

  • Guardaba siempre en sus faltriqueras una legión de sentencias con percutor  de efecto retardado, de las que se dejan caer como si tal cosa, ruedan y al rato destrozan lo más inesperado, pero silenciosamente.
  • Como entrevistado debió haber sido una joya. Ojalá un día se reúnan los periodistas venezolanos que tuvieron la oportunidad de ponerle un grabador enfrente y escriban algo en conjunto.
  • El español Joaquín Soler Serrano no sólo le puso un micrófono enfrente, sino todo un estudio de televisión, dentro de su programa A fondo.  Esa entrevista se puede conseguir, completa, en esos sitios de Caracas donde están todos los videos del mundo pirateados. O casi todos. Debajo del puente de las Fuerzas Armadas, por ejemplo. En YouTube sólo hay unos pedacitos.
  • En esa entrevista, Borges le dice a Soler Serrano que el ejercicio de las armas es  algo honorable, y que ser soldado es noble. Lo dice, provocador, en 1976.
  • Recuerda Borges a su padre anarquista, profesor de Sicología, quien le franqueó las puertas de su biblioteca para que el niño Jorge, quien ya sabía que su destino era escribir, leyese a Wells, a Stevenson, a Kipling.
  • Recuerda Borges, también, a Nora su hermana y a su abuela que se sabía de memoria la Biblia. Un día, ya próxima a fallecer, le dijo a la familia que eso que estaba ocurriendo no era nada interesante: simplemente, una mujer muy vieja que se está muriendo despacio.
  • Borges era capaz de decir un montón de cosas en una hora y pico de conversación, casi tantas como en una página de sus cuentos. Habló sobre Suiza (“es un país de alemanes, franceses e italianos que han decidido ser suizos”), despotricó de García Lorca de forma elegante y separó bien separado al Siglo de Oro español diciendo que Lope de Vega y Quevedo hubieran podido corregir el Quijote pero nunca escribirlo. Como seguramente estaba cansado de tanto hablar en español, recitó algo en alemán ante la sonrisa obsequiosa de Soler Serrano, y al terminar comentó lo musical del idioma de Goethe. Al contrario que el francés, que a su parecer es italiano pronunciado por una persona con catarro.
  • Y como no le hacía ascos a tema alguno, habló también de las entrevistas a propósito de la propia escena que protagonizaban él y su interlocutor: “Las entrevistas tienen sus meandros… Es que son cosas vivas”.
  • Lo dice Borges, lo dice el periodismo cuando es decente, lo dice este blog para no quedarse atrás: las entrevistas no son senderos que se bifurcan, sino eso: cosas vivas.