Pasó de las filas de la música protesta a la ingeniería de sistemas. De Venezuela a Estados Unidos y luego a Holanda. De las composiciones influenciadas por los acordes desgarrados de Bob Dylan a la directiva de la Fundación Centro Nacional del Disco, creada por el Ministerio del Poder Popular para la Cultura. Xulio Formoso, oriundo de Vigo, España, se inventa su propia cronología a partir de las canciones que graba
María Angelina Castillo Borgo
No todo el mundo puede contar su historia a través de un disco. Xulio Formoso lo hace. A pesar de que fue el eterno olvidado por las estaciones de radio, que prefirieron a artistas como la Billo’s Caracas Boys, Mirla Castellanos, Cherry Navarro o la Sonora Matancera, él buscó sus caminos para hacerse escuchar, porque creía que al grabar un Long Play pasaría a la eternidad, hablarían de él los libros de Historia, sería “un tipo famosísimo”.
Galicia canta, 1970
Xulio Formoso graba su primer disco en gallego, con las letras de poemas escritos por Farruco Sesto. Su amistad con el actual regente del Ministerio del Poder Popular para la Cultura se inicia desde su infancia en Vigo, España, donde ambos vivían y cuyas familias eran cercanas desde tiempo atrás. Estudiaron en el mismo colegio, el Apóstol Santiago, pero en grados distintos, por la diferencia de edad.
Había llegado a Venezuela en el año 1965. Farruco Sesto se había venido mucho tiempo antes. Xulio Formoso estudia en el liceo Gustavo Herrera de Caracas, del cual sale como bachiller en 1968. Allí cantó canciones de Los Beatles y Art Garfunkel. Fueron sus primeras experiencias con la música. Ingresar a la mecánica de las disqueras no era fácil para alguien que no era conocido. Pero sucedió gracias a la ayuda de la familia de Farruco Sesto. Era la primera vez que Xulio Formoso entraba a un estudio de grabación, el de Radio Rumbos, que quedaba frente al liceo Andrés Bello, en Caracas. Fue un disco comercial.
Xulio Formoso, 1971
No escribe canciones. Él hace la música para las letras de diversos escritores y poetas. En esa época era muy rápido musicalizando. Ahora se considera un poco torpe. El estilo de canción que hace Xulio Formoso es sencillo, de tres o cuatro acordes, nada muy elaborado para alguien que no ha estudiado música ni se ha profesionalizado en el arte de la composición. Las melodías nacen más bien por instinto.
La primera influencia que recibe fue de grupos como Los Beatles y Los Rolling Stones, con quienes tiene sus primeras aproximaciones al blues, “que más tarde se convertiría en mi religión”. Eran unos muchachos que cambiaban el curso de la música, hablaban de otros temas en sus letras, usaban el cabello por debajo de las orejas, representaban un cambio a lo conocido de antes. Fueron el motivo por el que Formoso comienza a interesarse por la música. Antes escuchaba interpretaciones del Festival de San Remo, “canciones cursilísimas y todas aquellas vainas italianas que no me gustaban. Para mí Los Beatles representaron un cambio en la manera de pensar”.
Musicalmente recibe la mayor influencia de Bob Dylan, a quien escuchó mucho después de aquellos jóvenes que revolucionaban la manera de hacer rock. “Ése fue mi guía, mi camino a seguir. Yo me puse a estudiar inglés para saber qué era lo que él decía en las letras, y me parecieron geniales. Aquel tipo cantando todo desafinado, con aquella voz terrible pero que era un genio”. Se vuelve un adicto y adquiere todos los discos del músico estadounidense.
El primer instrumento que aprende a tocar es la armónica, luego inicia con la guitarra folk, de cuerdas de acero para emular a Dylan y sus canciones de protesta, de rebelión. Estos elementos marcaron su música y en especial su primer disco comercial, grabado con el sello Souvenir de los Hermanos Anton en el año 1971. En el arreglo verbal, porque en aquella época hablar de contrato con un artista no era común, se acordó que la primera sesión de grabación debía durar dos horas. Él hizo todo el disco en este tiempo por miedo a que luego de culminado el primer día no lo llamaran más. El disco tiene letras de Antonio Miranda y de su amigo Farruco Sesto, una constante en su música y en su vida. Formoso debía recibir un bolívar por cada disco que se vendiera en el mercado. Aún espera sentado ese pago, sólo le dieron una caja con más de cuarenta ejemplares de su mercancía.
Tu país está feliz, 1971
Xulio Formoso también es hombre de teatro. Participó en la fundación de Rajatabla, agrupación teatral de la que fue director Carlos Giménez y que recibe su nombre por un libro de cuentos homónimo de Luis Britto García, también cercano al grupo, y que había ganado el premio Casa de las Américas, en Cuba.
Su segundo disco comercial, producido por El Palacio de la Música, surge a partir de la musicalización de los poemas que integran la pieza teatral Tu país está feliz. Escritos por el artista brasileño Antonio Miranda, constituyen la formalización de una agrupación teatral con cuarenta años de trayectoria en el país. Los planes iniciales para la presentación del montaje consistían en un par de días, pero el impacto en la sociedad fue tan intempestivo que los obligó a extenderlas, llevándolo incluso al exterior.
Chipi Manahuac, 1973
O el señor de las tinieblas, en lengua quechua, es el nombre de su tercer disco. La melancolía de las melodías andinas, mezcladas con un giño hacia la música celta que representa sus orígenes españoles, llaman la atención de Xulio Formoso. En ese entonces estudiaba Sociología en la Universidad Central de Venezuela y realizaba viajes por América Latina con Rajatabla y presentaciones musicales individuales. Llega a Chile, a la Peña de los Parra, familia de cantores de la nueva canción que fueron luego perseguidos por las ideas febriles del dictador Augusto Pinochet. “Era como la pasantía obligatoria. Si tenias algún nombre debías actuar ahí, de gratis, por supuesto”. En esta estadía conoce a Pablo Neruda, a quien considera un hombre cordial y cercano, y a Víctor Jara, que fue luego torturado y asesinado por la dictadura, de quien no le llamaba mucho la atención su música, ni por el tono de su voz ni por la manera de cantar. Xulio Formoso prefiere las agrupaciones como Quilapayún y Los Curiaca.
En su paso por Argentina coincide en un concierto con Soledad Bravo, que ya conocía por unas presentaciones en la Universidad Central y que representa objeto de admiración. Ella le presenta a Daniel Viglietti, con quien mantiene una cercana amistad. La de aquellos días fue una época más política, en la que el suceso más importante para su generación fue la escisión del Partido Comunista y el nacimiento del Movimiento Al Socialismo (MAS) impulsado, entre otros, por Teodoro Petkoff, Pompeyo Márquez, Freddy Muñoz y Argelia Laya. La intelectualidad venezolana, los artistas y músicos, incluyendo a Xulio Formoso, se pegaron a sus doctrinas. “Era lo nuevo dentro de aquella cuestión anquilosada, oxidad, de Acción Democrática y Copei. Uno quería otra cosa”.
Jesucristo astronauta, 1973
Además de su adhesión a las ideas del MAS, Xulio Formoso siente un gran desprecio por quien fuera presidente del país en dos oportunidades, Rafael Caldera. Además de considerarlo soberbio, nefasto, “la peor vaina que le tocó a Venezuela”, sus relaciones se quebrantaron cuando el representante del partido socialcristiano, Copei, prohíbe la obra de teatro, basada en poemas de Antonio Machado, Jesucristo astronauta, cuyas letras constituyen otro de los discos del músico. Sin embargo y a pesar de la controversia, el material pasa a la historia sin mucho eco.
La canción que va conmigo, 1974
Un concierto para los presos en República Dominicana y la aparición en El show de Renny Ottolina marcan la historia de este disco, en el que hacen acto de presencia la voz de otra exponente de la música protesta venezolana, Gloria Martín, y las caricaturas de Pedro León Zapata.
Joaquín Balaguer estaba en su segundo mandato en República Dominicana; en Venezuela se despedía Rafael Caldera. El caudillo del siglo XX que gobernaba el país caribeño, con el eco ronco de la tiranía de Leonidas “Chapita” Trujillo, persiguió y censuró la presencia de Xulio Formoso en ese país, sobre todo porque el venezolano llevaba como bandera canciones de Pedro Mir, uno de los dirigentes del Partido Comunista dominicano. En el disco se incluía la canción Contracanto a Walt Whitman.
“No eran tanto las letras que cantábamos, sino la significación de cantar ante unos presos”. Los mensajes de sus canciones no fueron nunca reaccionarios o políticos, como sí lo eran en el caso de Alí Primera, por ejemplo. No hubo tampoco un patrón al momento de seleccionar los temas para los discos, eran simplemente las canciones que le gustaban, los temas que se le ocurrían, los libros o poemas que llegaban a sus manos. Así. Improvisado. Sin demasiada meditación.
Guillén el del son entero, 1975
Cuando leyó la obra completa del poeta y escritor cubano Nicolás Guillén, Xulio Formoso decidió que debía hacer un proyecto musical con esas imágenes, sonido y olores de la isla caribeña. En este momento surge un grupo que lo acompañará en varios proyectos, el grupo Sensemayá, conformado por José Vicente Rangel hijo; Luis Suárez, de la agrupación Los Guaraguao; y Franklin Mejías, del grupo Ahora y a quien conoció cuando realizó un disco para recaudar fondos para el MAS.
Para el bautizo de esta producción discográfica, y contactado por José Vicente Rangel y Héctor Mujica, estuvo presente el mismo Guillén, que le escribe a modo de dedicatoria: “Mi poesía viene de la música y aquí vuelve a ella”. Estuvieron presentes personalidades de la época ─entre músicos y reaccionarios─ como Américo Martín y Soledad Bravo. “Fue la primera y única vez que hablé con Nicolás Guillén. Es mi personaje inolvidable por la significación de lo que hacía, las luchas y su obra literaria”.
Levántate Rosalía, 1976
Leila, su hija mayor, ya tenía cuatro años cuando a Xulio se le ocurre, en conversaciones con Aníbal Nazoa y Zapata, hacer un disco con los poemas de Aquiles Nazoa. Para ese entonces hacía crítica literaria para la revista Semana y estudiaba Ingeniería en la Universidad Santa María. Además de sus colaboraciones con Rajatabla, realizaba exposiciones de piezas creadas bajo el estilo pop art, porque siempre le gustó el dibujo y la pintura.
Su mamá le decía que desde pequeño siempre le gustó dibujar. Rayaba con trenes y rieles las paredes de su casa en España. Su padre, Julio Formoso, economista y escritor, se vino para Venezuela antes de que él naciera. Su madre, Julia, se quedó haciendo las labores del hogar hasta que su esposo la mandó a buscar. Huían de la dictadura franquista. Xulio Formoso iniciaba su adolescencia.
Luego de Fuego y poesía, Soles y centauros y Amantes de ningún lugar, el músico se enseria. Durante el año 1978, el padre de la mamá de su primera hija, como él mismo dice, un ingeniero de ascendencia alemana y rusa, le ofrece trabajar para una multinacional que se especializaba en sistemas, creación de software y hardware para computadoras; adicción incipiente en la sociedad. Es así como Xulio Formoso deja atrás su vida bohemia y se enfila en las líneas de un individuo responsable y profesional, al que le correspondía su quince y último. En esta época se va a culminar la carrera a San Antonio, Texas, en Estados Unidos. Por más de dos décadas estuvo alejado de la música y concentrado en los sistemas de computadoras.
En el J.B. Plaza, 2002
Su regreso a los discos fue un guiño a la composición. Así como con timidez, de lejitos, porque no se desligó completamente del trabajo de oficina. Luego de volver a los escenarios con dos conciertos en la sala Juan Bautista Plaza ─de nuevo con las letras de Farruco Sesto y por iniciativa de Elías Yánez, encargado del área de eventos de la Biblioteca Nacional─, graba una producción doble y en vivo. Pero luego vuelve al trabajo en la compañía holandesa Akzo Nobel, con la que viaja al país europeo hasta que recibe la llamada de su viejo amigo, el ministro.
En el año 2007, Farruco Sesto le propone estar al frente de un nuevo proyecto: la Fundación Centro Nacional del Disco (Cendis). “El objetivo es poner a disposición de las grandes masas un producto de altísima calidad. Es pagar una deuda que se tiene con los cultores y artistas populares que no tuvieron la oportunidad en el pasado”. A través de este proyecto, publican su más reciente material Anda suelto el animal, conjunto de tres discos y un video.
Ahora trabaja como director del Cendis, luego de que fuera despedido por un tiempo cuando Héctor Soto asumió la cartera de la cultura. El coordinador de producción artística del centro, Pedro Colombet, lo describe como un hombre sencillo, que sabe escuchar. Un “maestro” que ni almuerza ni bebe agua. De hecho su blanca oficina en el segundo piso del edificio ubicado en la Zona Industrial de La Trinidad no tiene puertas que lo separen del bullicio de afuera.
Regresó y además es columnista en el encartado sabatino del diario El correo del Orinoco, donde escribe sobre música y artes. No es un hombre de nostalgias, ni se aferra a un pasado que no puede volver. Sólo lo contempla. Lorena Mujica, su pareja sentimental desde hace más de dos años, repite una frase que suele escucharle: “Hoy es ayer y el mañana no ha llegado”.
Quiero todas las canciones del primer disco de xulio formoso con sus letra y acordes para tocarla en la guitarra tengo sus disco en acetato son una reliquia por favor enviarlo a mi correo gracias suerte
Xulio Formoso, es un ser humano excepcional, hombre muy sencillo, de pocas palabras.
Es un hombre lleno de magia y de amor por lo que hace.
Felicito de corazòn a las personas que pueden disfrutar
de su compañìa, de sus innumerables cuentos y de esa
sonrisa limpia que transmite paz. Gracias Xulio, por ser
y por estar y mil felicidades a Lorena por lograr
conquistar el corazòn de este ser fuera de serie
Hola, soy un amigo gallego de Xulio Formoso. ¿Alguien puede facilitarme algún teléfono o dirección de contacto con él? Les quedaría muy agradecido
mi telefono 04123163068 si puedes comunicarte aqui una persona que quiere verte mi nunca y bien ponderado amigo….Xulio
quieros los acordes de guitarra de las canciones de xulio formoso por favor mandarmelo a este correo