La actriz Hilda Abrahamz se ha dedicado al teatro después del cierre de RCTV. Actualmente interpreta a Teresa en la obra Esperando al italiano, coprotagonizada por Caridad Canelón y Carolina Perpetuo. Su próximo proyecto es la filmación de una película y quiere viajar a Colombia para participar en alguna de las novelas que allá se producen
Mariugenia Aguilera Gallardo
Hilda Abrahamz tiene la estampa imponente de María Begoña (Abigail, RCTV, 1986), la belleza exótica y la mirada intimidante de Maniña Yerichana (Kaína, Venevisión, 1995), la elegancia de Mercedes (Nadie me dirá cómo quererte, RCTV, 2009), el poder de la voz mandataria de Olimpia Mercury (Mi gorda bella, RCTV, 2002), y la cortesía y la educación de María Clara (Abigail, RCTV, 1986). La sensualidad y el divismo de los personajes que ha interpretado, en 22 telenovelas venezolanas durante casi 30 años, parecieran ser características obvias de quien fue Miss Departamento Vargas en el concurso del Miss Venezuela 1980. Pero Lilí, como le dicen sus familiares, es eso: es sensualidad y divismo, y más. Mejor dicho: es eso y también es todo lo contrario.
Es alta, tiene senos grandes y su piel es blanca. Tiene los ojos y el cabello prácticamente del mismo color: marrones claros e intensos. Aunque pudiera pasar desapercibida con zapatos y ropa deportivos —como cualquier mujer que sale de su casa y decide vestir la comodidad de las telas de algodón—, es imposible no verla. Pasa y quien esté presente, bien sea hombre o bien sea mujer, fija su mirada en el metro con setenta y dos centímetros de un cuerpo que teniendo 51 años cumple con los requisitos del estereotipo físico de una veinteañera.
El paso seguro y firme demuestra la confianza que transmite de igual manera con un tono de voz grave y tajante. Al hablar con Hilda no hay ni medias tintas, ni oportunidad de que diga lo que no quiera decir, y mucho menos que no se dé cuenta de que la conversación se desvía para donde ella tiene una cerca que dice «Prohibido el paso». Es distante pero al mismo tiempo es abierta, elocuente y amable.
Deja entrever una suerte de vulnerabilidad que se vuelve ambigua por la presencia de un carácter fuerte pero jamás grosero. Es como si tuviera un muro entre un extraño y ella y al que sólo le permitirá la entrada a su mundo interno cuando deje de ser un desconocido.
Es una mujer bella: «El concepto de belleza es muy subjetivo, cada quien tiene su punto de vista y yo creo que abarca unos estados físico, mental y emocional. Creo que es una proyección tuya de adentro para afuera. Es inteligencia, es magnetismo». Se ha sometido a cirugías y procedimientos estéticos que han modificado su nariz, busto y labios, entre otros; y confiesa que tal vez antes creía que la belleza no trascendía más allá del físico.
«Hilda puede caer mal al principio pero cuando la conoces te quieres quedar en su corazón para siempre. Es sencilla aunque no parezca. Generosa y noble. Su razón es el amor», comenta la actriz Dora Mazzone, con quien ha compartido trabajos y amistad. Hilda Astrid Abrahamz Navarro quiere amarse más de lo que ama a otros y es un deseo que expresa:
Estoy en una búsqueda muy personal de conexión conmigo misma, de saber quién soy y qué es lo que quiero. Finalmente quiero amarme a mí por sobre todas las cosas. Yo antes buscaba la felicidad en un hombre, quiero buscar la felicidad en mí.
La búsqueda de ella misma no tiene explicación, simplemente es un proceso interno que se va dando a raíz de situaciones que ha vivido (divorcio y haber quedado desempleada) y que le han generado una necesidad de cambio para ser feliz: «No se puede esperar ser feliz cuando tengas algo porque entonces pospones la felicidad, tiene que ser con lo que tengo en este momento. La felicidad es un estado del alma, no consiste en tener. Yo he visto gente que no tiene nada y es feliz y para mí eso es envidiable. Yo quisiera ser feliz así».
Antes de responder preguntas sobre encontrarse, aceptarse y simplemente ser, se voltea y se ve en el espejo de su camerino, bajo un montón de luces que despabilan al más dormido. Se ve, se penetra a ella misma con esa mirada inquisidora y afable; se obliga a una respuesta. Las manos a la cara y exhala aire, casi como un suspiro, casi como si estuviera abriendo con esfuerzo algo que está cerrado.
Es cierto lo que dice de su personalidad: es tímida, es introvertida. Y nada tiene que ver con que haya salido en 2005 en la portada de la revista Urbe Bikini en ropa interior, ni de las veces que ha llevado prendas que poco dejan a la imaginación. A Hilda hay que separarla de ella misma, lo que no quiere decir que sea dos personas. No. A la Hilda que se cree conocer por llevar tres décadas escuchándola en entrevistas y viéndola en televisión hay que apartarla de los ojos de un público pacato que piensa que los artistas no son normales y que está acostumbrado a verla según sus personajes.
Es la segunda hermana de cuatro, en su infancia vivía en Los Teques, cerca de un lago con cisnes y jugaba a cazar pegones con una botella de malta. Era gordita y escondía la comida en el colchón de su cama porque su mamá la ponía a dieta. A los 13 años pasó a ser Lilí, la yegua alemana: el desarrollo la volvió alta y flaca. «Pasé a ser una mamacita». Vivió seis años en Argentina, la tierra natal de su madre, allí estudió el bachillerato.
Y volvió a Venezuela:
Quería ser arquitecta y de alguna manera la vida me llevó a ser actriz. Averiguando sobre una beca para estudiar afuera, una persona me llevó al Miss Venezuela, concursé y quedé de primera finalista, me fui al Miss Mundo y quedé entre las 12 primeras. Ahí comienza mi carrera en televisión porque uno de los directivos de RCTV, Hernán Pérez Belisario, me vio y obviamente le parecía que tenía una estampa bonita para la TV.
No hay ni el mejor ni el peor acontecimiento de su vida: «Lo peor es lo mejor que me ha pasado (…). La vida me ha llevado a los matices, he tenido que entender que las cosas no son ni blancas ni negras». Quizás uno de los momentos más lindos que ha vivido lo compartió con Dora Mazzone: «En una entrega del 2 de Oro [premio de RCTV] estábamos sentadas viendo el show cuando corrió el rumor de que el cantante Gilberto Santa Rosa estaba en el Teatro Municipal. Hilda reaccionó como una niña y Amanda Gutiérrez la regañó. Hilda se levantó de la butaca y me dijo que la tenía que acompañar. Me acuerdo de esa mujer corriendo con una estola negra y larguísima de Margarita Zingg, arrastrándome para entrar al camerino del artista. Cuando llegó lo abrazó y con lágrimas le agradeció por todos los temas que le habían hecho sentir el amor».
El amor, el dar afecto, es un tema recurrente en la personalidad de Hilda. «En el canal le decían Mamá Hilda porque es muy consentidora. Pero no con todo el mundo». Es selectiva. «De pequeña era más tímida y creo que sin querer escogí esta carrera para abrirme más a la gente y con mis sentimientos».
Una gente que cambia viernes, sábados y domingos en los asientos del Teatro Trasnocho en el centro comercial Paseo Las Mercedes. Una gente que está cerca. «Es difícil el teatro porque si tienes un público que no se ríe o que no le gusta, te puede deprimir y esas energías afectan al actor y tienes que superarlo porque es en vivo (…). Si te equivocas tienes que salir tú sola o con la ayuda de tus compañeros».
O simplemente reírse del error y esperar que rían. Cuando ella, Dora Mazzone y Kiara actuaban en la obra de teatro Tres reinas, Hilda no pudo colocarse bien la manga de un traje que imitaba a los del siglo XVIII. La mano había desaparecido y en su lugar salía como un muñón blanco, como si tuviera la mano enyesada. «Ya Kiara y yo habíamos dicho nuestros parlamentos y vimos con estupor la cara de Hilda que no podía aguantar la risa y de repente nos enseña el muñón. El público tuvo que aplaudir porque no podíamos parar de reír». Hilda dice que las cosas tienen que ser como son, pero cuando esto no sucede, tendrá un público que la aplaudirá incondicionalmente.
me pareciera ser una play favorita tuya y mas bella para otas las cositas que tengas a cada rato bonita gran caricatura que caes como una coneja de de un solo gran amor que llevas a tu lado y tu nombre….como serias en cuerpo de un hombre..xq de ropa y todo me da una estupenda y gran nota de tu vida wao.es grandioso ser una diva juralo,y si eres una carismatica y gran dama mas genial que tu fuera lo peor para un enlace divertido de salvaje….dios te bendiga
Maravillosa entrevista.