DESPEDIDA Y CIERRE

En la foto están Andrés Boersner –librero de Noctua−, Javier Marichal –librero de Distribuidora Estudios−, el poeta Rafael Cadenas y, en cuclillas, Sebastián de la Nuez, editor de esta página. Pase y lea el motivo de la celebración

 

Fue el viernes 29 de abril en la sede de la librería Estudios La Castellana, edificio Cerpe, detrás del centro comercial San Ignacio. Marichal, recientemente entrevistado en hableconmigo.com, citó a los amigos para que la librería ejecutara como es debido su canto del cisne. Alguien decidió que ya estaba bueno de tanto libro allí metido, que eso no es rentable y que el país de hoy no necesita otra librería. Quizás un sitio tan escondido como ese recoveco al fondo de un pasillo parecido al de un hospital no concitara la atención de una clientela masiva. Quizás sus administradores reflexionaron que con la sucursal en esquina La Luneta es suficiente para lo que hay que vender.

Lo cierto es que esa Estudios llena de vino y amigos aquel viernes por la tarde fue, ya no es. Y uno salió de allí, tal vez por la cercanía entrañable de Cadenas, asaltado por el verso de su amigo Eugenio Montejo: ¡Quién me cambió los pasos que me llevan por esta calle de rostros desconocidos!

Estudios era una tienda (eso es una librería, ¿no?) bastante alejada de la palabra mercadeo. No es culpa de su mercancía. Marichal, su motor fuera de borda, seguirá siendo librero por vocación y por ilusión. En trece años y pico allí hizo un círculo de fieles. Había bastante gente joven esa tarde de viernes, probablemente perteneciente a esa raza medio extraña que fluctúa entre las escuelas de Arte y Letras. Jóvenes que necesitan su espacio. Arrimarse a un anaquel compartido por nombres tan evocadores como Anagrama, Seix Barral y Alfaguara es su destino, y no está mal esta contradicción en medio del aluvión Blackberry que marca a su generación.

A esta hora en que el lector ha llegado a la presente línea perdida en la gran red de redes, Distribuidora Estudios del edificio Cerpe es un sitio menos. Es decir, un no-sitio. Un no-sitio para reunirse y ver libros que no encuentras, por ejemplo, en Las Novedades o en los aeropuertos. A mucha gente le han cambiado los pasos luego de este cierre, de modo que hallará en la calle más rostros desconocidos que nunca o se quedará dormida a la orilla de un río que ya no existe.

En Las Novedades o en las vidrieras de los aeropuertos seguirán estando Paulo Coelho y Quién se ha llevado mi queso. No se preocupen por eso. Claro que en esos lugares será difícil que te tropieces con el poeta Cadenas, o con Boersner. O con Marichal.

 

Foto del grupo: Alejandro Toro / Foto de Marichal solo: Luis Levín.