Abril Mejías es la excepción que confirma la regla. De 22 años, es estudiante de Periodismo y lectora de poesía, “pero siempre se me hace difícil encontrar con quien compartir mi gusto por la lectura”. Incluso en un contexto universitario, los jóvenes parecen desinteresados por la lectura como forma de ocupar su tiempo libre. No existen datos al respecto. En Venezuela, país cuyo presidente proclamó “libre de analfabetismo” en el año 2005, no existe programa oficial para hacer seguimiento de las costumbres literarias de sus ciudadanos. Según el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la UCAB, 12,1 por ciento de la población disfruta, como Abril, de la poesía de manera regular. Los venezolanos que leen libros “algunas veces” representan un cuarto de la población, hecho reflejado en la debilidad del sector editorial nacional. Aunque la lectura predilecta de Abril es de producción nacional, comenta que la principal barrera es económica. “No son solo los libros extranjeros, todos los libros están carísimos”.
Christian Bogado
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