Sumergido en nuevas aguas

El pasado 6 de noviembre Maickel Melamed cruzó la meta de los 42 kilómetros del maratón de Nueva York. Para poder afrontar este reto contó con la ayuda de Oscar Flores, fisioterapeuta que decidió formar parte del equipo @vamosmaickel. Lo que se inició como una consulta médica terminó por cambiar la vida de Oscar

 

Paola G. Galué G.

Son las 10:00 am del 26 de noviembre de 2011. Camina apresurado, nada lo detiene. Lleva una hora de retraso así que no pierde tiempo. Al entrar a la Zona Pilates de la Cuadra Creativa de Los Palos Grandes dirige una mirada a su secretaria: “Ellos vienen conmigo”.

Baja las escaleras. Atraviesa el salón de máquinas y se dirige hacia el área de la piscina. “Creo que es mejor hacer la entrevista acá”. Desde niño Oscar Flores sintió pasión por la natación, por esto ha dedicado nueve años de su vida a la terapia acuática.

Viste una camisa blanca y un jean negro. Cuando se sienta empieza a mover constantemente sus manos. Sus ojos, muy expresivos, no pueden dejar de ver la cámara que lo filma. “¿Te miro a ti o a la cámara?”, pregunta.

Flores obtuvo el título de TSU en fisioterapia en el Colegio Universitario de Rehabilitación May Hamilton y la licenciatura en la Universidad de Columbus de Panamá. Oscar conoce a Maickel Melamed desde hace más de dos años: “Él vino a Zona Pilates buscando a otro profesional y  no lo encontró. La directora del centro le comentó sobre mi, y Maickel decidió colocarse bajo mis cuidados. En ese momento él debía hacer ejercicios en el agua ya que su musculatura estaba muy debilitada”.

Oscar se sorprendió cuando Maickel le pidió que lo preparara para correr un maratón de 42 kilómetros: “Lo primero que pensé fue que estaba totalmente loco, que no sabía lo que decía”. Finalmente decidió aventurarse en ese camino así que creó una rutina de entrenamientos que aprovechara la condición física de Melamed.

Aguas turbulentas

Oscar Flores fue el encargado de diseñar el programa de entrenamientos de Maickel Melamed. Como científico, determinó que su estructura no se podía modificar, por tanto dividió el plan en tres fases: “La primera transcurrió dentro de una piscina, donde Maickel realizó ejercicios que fortalecieron su musculatura. En la segunda fase le colocamos una rutina de ejercicios de resistencia, como sentadillas; y en la última parte aplicamos secuencias que desarrollaron su equilibrio y su musculatura”.

El proceso de preparación de Melamed duró dos años y medio. A medida que los días pasaban Oscar se fue involucrando en esta aventura; hasta el punto de decidir caminar con Maickel los 42 kilómetros: “Era la única forma de que terminara el maratón. Perla Sananes (directora de Vamos Maickel), Federico Pisani (entrenador) y yo asumimos el reto”.

Flores partió a Nueva York faltando menos de tres semanas para el maratón. En ese momento tuvo que distanciarse de su familia que no lo acompañó a la Gran Manzana. Sus dos hijos no tenían visa y su esposa tuvo que viajar a San Francisco por asuntos laborales.

El esperado 6 de noviembre había llegado y los competidores tenían luz verde para arrancar. Oscar inició el recorrido junto a sus compañeros. Cuando llegaron al kilómetro ocho las calles de Nueva York empezaron a bailar al ritmo de la Macarena, canción que coincidía con el ritmo de paso de Maickel: “Yo estaba detrás de él y en ese momento, entre risas, le dije a Federico que ese era el paso que íbamos a mantener”.

Las piernas le pesaban a Oscar cuando llegaron al kilómetro veintisiete. En ese momento Maickel resbaló con un vaso de plástico y casi cae al suelo. “Perla y yo lo agarramos antes de que sus rodillas tocaran el piso. A él se le salió la rótula y yo tuve que acomodársela muy rápido, casi sin parar. Gracias a Dios no tuvo una lesión grave”

Al llegar al kilómetro 30 los maratonistas entraban en un terreno desconocido. Oscar estaba muy cansado, sus piernas estaban entumecidas por el frío y en ese momento pensaba en que lo mejor era retirarse: “No me quería lesionar. Si algo le pasaba a Maickel ¿Quién lo iba a atender si yo me sentía tan mal? Pero a pesar de todo decidí continuar. El hecho de verlo dar tumbos me hacía pensar que si él podía yo también”.

En busca de nuevos océanos

A Oscar le gusta hacer ejercicio y actualmente practica algunos deportes como la bicicleta y la caminata de montaña. A pesar de esta disposición jamás se imaginó participando en un maratón: “Todo esto se dio por Maickel”. Esta experiencia le permitió descubrir que la preparación de Melamed para los 42 kilómetros mejoraron su calidad de vida: “Su postura es un poco más erguida, su musculatura se ha fortalecido y su forma de caminar es mucho más segura”.

La experiencia que Oscar vivió con Maickel ha tocado la fibra a su familia: “Ahora tengo a una maratonista en casa”. Su esposa quedó impresionada con lo sucedido el pasado 6 de noviembre y desea participar en los 42 kilómetros de Nueva York en 2012: “Este año me tocó caminar quince horas y veintidós minutos junto a Maickel. El año que viene quizás tenga que correr cinco o seis horas junto a mi esposa. Veremos qué pasa”.

Son casi las 12:00 del mediodía. La conversación ha terminado y Oscar se dispone a continuar con sus actividades. Es sábado así que dedicará el día a compartir con su familia. Su vida ya no es la misma y la de su esposa tampoco. Lo que para él se inició como una simple consulta terminó arrastrándolo hacia un terreno que no conocía. Ahora pareciera estar listo para afrontar nuevos retos y para sumergirse en océanos oscuros.