El propio tecnócrata

Anderson Gómez es el encargado del desarrollo del proyecto económico de Leopoldo López ante las elecciones presidenciales de 2012. Una propuesta de centro izquierda con matices liberales está aún en pañales debido al pesimismo que generan las adversidades políticas

  

Christian Bogado M.

El pueblo de Chacao es actualmente el epicentro de un movimiento político con aspiraciones presidenciales. Las dos principales sedes de Voluntad Popular, el partido naranja de Leopoldo López, comparten la calle con los negocios de inmigrantes europeos y árabes que hacen vida en la zona. La gente del lugar conoce el centro principal de campaña, “el edificio ese que dice tintorería, en la esquina de arriba”.

Anderson Gómez, encargado del plan económico de La mejor Venezuela –proyecto de país de Voluntad Popular−, trabaja desde hace dos años en la antigua lavandería convertida en centro político. Si no fuera por las letras metálicas corroídas que bautizan el edificio como tintorería, la sede de Chacao de Voluntad Popular podría fácilmente pasar por una tienda de celulares. Está decorada estilo dos punto cero: colores brillantes, rótulos de globos de conversación y muebles minimalistas.

Si en algo se diferencia Voluntad Popular de los partidos tradicionales venezolanos es en la edad de sus altos funcionarios. Gómez representa perfectamente el target: 24 años, graduado con honores  de Economía en la Universidad Central de Venezuela en 2009 y siempre ha tenido una inquietud social.

 

TECNÓCRATA DE CENTRO IZQUIERDA

A primera vista, desde cierta perspectiva paranoica, Anderson Gómez recuerda a un personaje infame de la política venezolana: el tecnócrata. Hijo de inmigrantes colombianos, tiene una sonrisa blanca y las manos suaves. Un corte de niño bueno, una ropa casual pero no informal, la seguridad al hablar del que conoce y confía en las estadísticas. Si López llega a ser presidente, la apariencia de la gente que lo rodea recordará a más de uno la época del schock económico.

Pero eso no sería más que un síntoma del cáncer de la polarización. Anderson Gómez es mucho más que una apariencia; casualmente es también una persona.

Si su vida dependiera de ello, el joven economista se definiría como izquierdista. Centro izquierda, para ser más precisos, “aunque eso de la izquierda y la derecha ya perdió sentido: la economía es mucho más complicada e interesante”. Su discurso entero está plagado de un énfasis en lo social, el bienestar, el desarrollo de abajo para arriba. Lleva meses recopilando ideas y estrategias para el desarrollo de un plan económico, dándole especial importancia a la consulta popular que está detrás de cada proyecto del partido.

Aunque mantiene la convicción teórica del recién graduado, trabajó con el Centro de Divulgación del Conocimiento Económico (CEDICE) y no descartaría especialización en el Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA), Anderson Gómez pertenece a una generación muy diferente a la de los jóvenes ingenuos que sin querer crearon las condiciones para el Caracazo. No cree en las políticas de shock, así admita la necesidad de una medida herética como el fin del subsidio de la gasolina. Tan herética que su compañero Oscar España, presente durante la entrevista, le advierte que no debería decirlo tan directamente. Pero los tiempos cambiaron. Gómez dice inmediatamente que ese recorte podría terminar con el problema de la vivienda en Venezuela. Favorece los cambios graduales y planificados, reconociendo la necesidad del gasto público en tiempos de reajuste económico. Equilibrio y moderación son los valores que lo definen políticamente.

Lamenta la nacionalización de la CANTV y La Electricidad de Caracas, pero cree en la doctrina de “sembrar el petróleo”. Si de él dependiera, PDVSA no sería privatizada. Reconoce que como estado petrolero, el principal problema económico es también su principal fuente de ingresos, pero cree por principio que la renta petrolera debe ser repartida, especialmente a través del financiamiento de las microempresas. Al preguntarle de qué forma se diferenciaría eso a lo que hace el gobierno actual, responde que si bien está de acuerdo con muchas de las políticas económicas y “hay mucho que se puede rescatar de las propuestas del chavismo”, es necesario limpiarlas de su tinte político y promover el mérito como principal credencial.

 

CUANDO SEAN GRANDES

El encargado del plan económico del proyecto La Mejor Venezuela habla rápido y habla mucho. Sus ideas van más rápido que su boca, claramente es un muchacho inteligente. Toda su vida se destacó en los estudios, es creyente, tiene buenos modales y se metió en política al descubrir la satisfacción que genera el voluntariado social. Parece genuinamente interesado en los problemas reales de las personas. Con cada idea que expresa, menciona a su vez las experiencias “en las comunidades” que ha tenido al respecto. Está lleno de anécdotas sobre tal o cual problema que pasa “la gente de las bases”. Se siente orgulloso de pertenecer al “tercer grupo político con mayor presencia en el interior del país”. Cree en el movimiento estudiantil, el fin de la polarización y menciona a Chávez durante la entrevista una sola vez, sin insultarlo. Pero sus ideas son claramente generales. El plan económico está en desarrollo. La prioridad de Voluntad Popular es lograr que Leopoldo López gane las primarias. Ni Gómez ni su amigo son muy optimistas. “La mayor dificultad de Leopoldo es el asunto legal: la gente le tiene miedo a eso”, admite, pero sigue convencido de que su camino personal es la política. “Estoy dispuesto a trabajar con quien sea para crear el país que queremos”.

Recién graduado, Anderson Gómez se unió a Voluntad Popular con apenas 22 años. Participó en la fundación y ayudó a poner sus miras en alto. Quizás demasiado alto. Todos en la oficina de Chacao comparten juventud y entusiasmo, pareciera que se está formando algo que quizás pueda sobrevivir a Leopoldo López. Puede que en un futuro próximo se convierta en una propuesta importante de la política nacional. Pero por los momentos dependen de López y están todavía consolidándose. Su candidato no figura entre los favoritos para las primarias y sus proyectos no son concretos. Por ahora, al igual que sus miembros, el partido naranja está muy verde.

Foto proporcionada por el entrevistado, tomada durante una de sus clases.