John Carlin, periodista inglés –autor del libro que dio origen a la película Invictus−, entrevistó a Jill Abramson para la revista dominical de El País, en el número del 12 de febrero de 2012. Justo el día de las primarias en Venezuela.
Pero Abramson no tuvo nada que ver con las primarias venezolanas. La entrevista se debe a que esta periodista de 57 años ascendió a la dirección de The New York Times, el periódico de mayor prestigio de Estados Unidos, y uno de los de mayor venta en el mundo occidental. La primera mujer directora en 160 años de varonil trayectoria del periódico.
Carlin traza un portentoso perfil –por lo investigado, por la forma en que está escrito, porque no se conforma con su personaje pues abarca a plenitud el contexto− de una mujer a quien las lenguas que aman el lugar común catalogan como “dama de hierro”. No lo es. Ella, que nunca ha ganado un Pulitzer y, sin que le pese, ha escrito todo un libro expresando su relación con un cachorro golden retriever en lugar de un complot dento de la Casa Blanca es, simplemente, una potente investigadora de oficio.
Eso sí, según Carlin un tanto “distante” y poco dada a escuchar. Hay quienes la adoran y quienes no. Nada más, una mujer con virtudes y defectos.
Pero lo que interesa ahora en este blog –todo lo demás puede leerse bien en la propia entrevista, bien en otras entradas de internet anotadas más abajo− son sus opiniones. A fin de cuentas, pertenecen a la máxima autoridad periodística de un medio que intenta luchar por su supervivencia en un mundo ahíto de noticias vagando en la red, twitts y portales que recogen acontecimientos a cada minuto.
Ella recupera tres virtudes fundamentales: a) Información rigurosa; b) Edición inteligente; c) Redacción elegante
Y cuando Carlin le espetó si ese lenguaje elegante no es perjudicado por el batiburrillo de podcasts y videos que acompañan la redacción del NYT en internet, ella dijo que, muy por lo contrario, los cortes de audio y los videos insertados en los textos pueden “intensificar el efecto” y “adornar” la interpretación.
Así es, caballeros y damas: Abramson insiste en esa palabra fundamental que los “periodistas ciudadanos” venezolanos no pueden abarcar con la dedocracia de sus impulsos: interpretación.
Otra cosa agrega esta señora tan amante de los perros lanudos y fieles: que cuando busca a un periodista, le interesa sobre todo que tenga talento para contar historias en las que hay detalles “y uno puede ver en su cabeza cómo se desarrolla la acción”.
Y a continuación lanza esta joya de la experticia made in Sentido Común en el campo del periodismo contemporáneo:
Quiero a los mejores buscadores [de información] y a los mejores narradores, y no me siento aquí a preguntarles cuánta experiencia de video tienen ni si son duchos en html 5.
Por cierto, The New York Times se ha recuperado a pesar de la baja en sus ventas directas por ejemplares impresos. No hay funeral a la vista./SN
Enlace a la entrevista completa: http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/02/11/actualidad/1328983998_889315.html
Enlace a otro trabajo sobre Abramson: http://www.newyorker.com/reporting/2011/10/24/111024fa_fact_auletta
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