El día después

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Una reseña de las calles de Chacao después de otra batalla nocturna entre estudiantes y las fuerzas represoras chavistas. Una lucha inútil, muertes gratuitas. Hoy continúa la protesta, a pesar del agotamiento y de la frustración

Sebastián de la Nuez

Como dijo un poeta, «me detengo en el umbral, la savia roja invita; ignoro sus circunferencias. Cierro los ojos y acepto.»

Ahí está, la mañana de este sábado 15 de febrero de 2014, el recuerdo efímero de Robert José Redman −31 años, estudiante− en una esquina cualquiera del municipio Chacao. Unas cajas de cartón, una tela en el piso, flores, fotos y un dibujo a tiza que conserva la silueta de quien cayó en ese sitio frente a las canchas de básquet poco después de las 8:00 pm del miércoles 12 de febrero, Día de la Juventud. Los transeúntes, esta mañana de sábado, se detienen y miran el cartel y los demás elementos de esta capilla ardiente improvisada en el pavimento. Se quedan un rato mirando, no dicen nada. Un hombre de pelo blanco, en un Chevrolet Aveo, se detiene y es azuzado por un taxista que viene atrás. El hombre le grita que no fastidie.

Es el bulevar Arturo Uslar Pietri, esquina con avenida San Ignacio de Loyola, escenario de una de las protestas del miércoles que se dieron en varias de las principales ciudades del país. Este episodio en particular contiene algunas dramáticas coincidencias. Redman fue uno de los jóvenes que ayudó a transportar al estudiante Bassil Da Costa esa misma tarde del miércoles en La Candelaria, cuando un disparo lo dejó inconsciente en medio de una batalla confusa. Poco después de ser trasladado al hospital Vargas, fallecería. Ese nombre del fundador de la Compañía de Jesús que lleva la esquina en la cual murió Redman está universalmente asociado a uno de los esfuerzos más vastos que una orden religiosa haya hecho a favor de la educación en la historia.

Hoy continúa la protesta en varios lugares de Caracas y del interior del país. Los ciudadanos que no intervienen directamente siguen el curso de los acontecimientos por las redes sociales, pues los medios de comunicación están, en la práctica, secuestrados. Se quedan parados, como quien dice, en el umbral del suceso, algunos con sus bolsas del mercado recién adquirido.

La mancha de savia roja que manó de Redman también ha quedado demarcada en el pavimento. Puede que llegue una lluvia y barra con todo. Puede que no.

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A las 8:15 am, vestigios de las barricadas (quema de escombros) de la noche anterior. Un vecino dijo que no hubo daño a edificios.

*Los versos anotados en este texto pertenecen a un libro llamado Espiralia, escrito por Javier Marichal. Álida Ribbi, Raúl Levín, María Angélica Barreto y Luis Levín.