Este mediodía en los alrededores de la plaza Altamira se estaba armando el zafarrancho de combate mientras los motorizados aliados del régimen se dirigían hacia el Palacio de Miraflores. Este lunes Caracas amaneció con casi todas las vías secundarias del este de la ciudad —pero que dan acceso a urbanizaciones clase media muy populosas— cerradas con barricadas. La gente no pudo ir a sus lugares de trabajo.
Han pasado 12 días desde que la gran manifestación de estudiantes se dirigió a la Fiscalía, en balde pues no hubo respuesta sobre los detenidos en la cárcel de Coro. Aun cuando después fueron saliendo aquellos primeros detenidos del Táchira, las cosas se complicaron a nivel nacional pues no ha habido encuentro entre las autoridades del Ministerio de Interiores (tiene un nombre mucho más largo) y la dirigencia estudiantil. Ha habido, en cambio, represión, muerte, heridos, denuncias de torturas y vejaciones, fotos que revelan en internet una actitud agresiva por parte de la Guardia Nacional Bolivariana contra jóvenes desarmados como jamás se vio en Venezuela, no al menos con esta saña.
En fin, las cosas se complicaron bastante y las principales voces del Gobierno lucen fuera de sí, en especial el presidente Nicolás Maduro cada vez que sale en cadena por TV, insultando y llamando a la paz casi al unísono.
¿Qué piensa la clase media? Al menos en la urbanización Los Palos Grandes, este mediodía, había salido a colaborar decididamente cerrando calles. Amas de casa levantaban alcantarillas para impedir incluso el paso de las motos. Un joven, en la Primera Avenida, les dijo a las señoras que él estaba de su lado pero que por favor lo dejaran pasar. Y pasó; luego él mismo ayudó a rehacer la tapia de restos de cachivaches y escombros surtidos.
Puede que la gente en las urbanizaciones del este esté harta de las «guarimbas» pero lo disimula bastante bien. Lo que no se sabe a ciencia cierta, todavía, es lo que piensan las urbanizaciones del oeste de la ciudad; no se han manifestado, al menos no en masa. En todo caso, tampoco han salido a manifestar en contra del levantamiento que mantiene en vilo al este de la capital.
El zafarrancho de combate era bastante precario, como puede observarse en estas fotos. Jóvenes sacaban pedazos de tubos del solar donde alguna vez estuvo el Centro Altamira para llevarlos a la intersección de la avenida Luis Roche con la Francisco de Miranda. Ese es el epicentro del combate; lo ha sido casi todas estas noches, con alguna excepción.
Así que, alrededor de las 6:30 pm comenzaron a oírse los taponazos de las bombas de gases que muy generosamente reparten los cuerpos represivos. Nicolás Maduro había estado, alrededor de las 2:00 pm, ante los motorizados pro oficialistas hablando de una conferencia de paz, uno de cuyos organizadores será el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello. Quizás el más virulento operador político del régimen. Tiene un programa en Venezolana de Televisión que se llama, irónicamente, Y con el mazo dando.
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