Este domingo fue de Rafael Cadenas porque concluyó la semana del libro y porque al poeta lo quieren también en El Hatillo, un pueblo al cual es grato volver por sus casas repintadas y sus postres de postín, incluyendo los de la cafetería de Hansi, un lugar que antes era puro mueble de madera clara y ahora es, además de cafetería, quincalla artesanal con sobredosis de inflación
Sebastián de la Nuez
Estuvo bien bonito el acto en el cual se le impuso a Cadenas la mayor condecoración del municipio, la Orden Ana Francisca Pérez de León, “en reconocimiento por su trabajo y aporte a la cultura del país” según reza la gacetilla de prensa difundida previamente. El salón del acto, alargado y un tanto estrecho para la cantidad de gente que asistió, era el de la Galería del Centro de Arte. Estaba empapelado con pendones donde la diseñadora Teresa Mulet transcribió con su tipografía rotunda versos del poeta, algunos de los cuales pueden verse en esta entrada del blog.
La Alcaldía que no hace mucho estrenó David Smolansky sacó esta semana la lengua española a pasear desde la plaza y por las calles, lo cual incluyó videos, poetas diciendo sus versos y los del homenajeado Cadenas y música. El motor en materia de animación cultural es el periodista Ángel Zambrano, egresado, igual que Smolansky, de la UCAB. Eso sí, calles y plaza exhibían más bien basura y descuido este domingo, no palabras diseminadas por doquier como uno habría esperado. Al parecer, la empresa que dejó la antigua administración no se lleva bien con el nuevo alcalde. En todo caso, que siga la función dedicada a la cultura. Reuniones como la de hoy, donde uno puede reencontrarse con el escritor y ensayista Joaquín Marta Sosa, entre otros ciudadanos gratos, son para recordar. Willy McKey, estrella en ascenso de las letras y de las greñas, presentó al autor de En torno al lenguaje –luego de un video con entrevistas, entre otros, a Alfredo Chacón y Elisa Lerner− con poca suerte pues su lectura y la música de la que se hizo acompañar no ligaron. No se le oyó.
Cadenas con una alumna de Comunicación Social de la UCAB justo antes de comenzar el acto.
“La poesía es menesterosa porque desdeña al poder”, dice Ana Nuño cuando habla de Rafael Cadenas. Sin embargo, Cadenas no parecía menesteroso sino muy atildado para la ocasión. Y sobre todo parecía un cronista urticante de los tiempos que corren, en especial cuando unió las palabras amor y guardia nacional.
Por cierto que Cadenas sabe muy bien que no debe ponerse ningún sobrepeso a la escritura, y lo sabe porque lo aprendió de Walt Whitman; así que bastará colocar tres líneas para terminar esta reseña:
Que cada palabra lleve lo que dice.
Que sea como el temblor que la sostiene.
Que se mantenga como un latido.Una calle de El Hatillo, este domingo 27 de abril.
