Una chica amarrada a la ciudad

StefanyDaCosta

Stefany Da Costa es la directora de Urbanimia. Encontrar el lado bello a una de las ciudades más violentas del mundo es su trabajo. Da Costa tuvo la idea de rescatar rincones de Caracas y contar anécdotas que le devolvieran su color. “Hay que observar los edificios y todas las cosas que nos rodean para encontrarnos con una Caracas diferente”, comenta. Es su pasión y su negocio

 

Andreína Calleja A.

En la plaza del rectorado de la Universidad Central de Venezuela está Stefany con Adriana Arias, su amiga de la universidad y ahora socia de Urbanimia, un proyecto que comenzó hace un poco más de dos años.

Un día, mientras tomaban un café, decidieron formar esta organización cultural para mostrar a otras personas la misma “cara guapa” que ellas le ven a Caracas. La idea no era algo completamente nuevo, ya que en sus años de carrera ambas mostraron la inquietud de trabajar en algo en Caracas y para Caracas.

Luego de graduarse en Artes, una beca permitió que Stefany pudiese ir a España durante un año para hacer un magíster en Patrimonio Cultural en la Universidad de las Islas Baleares. La curiosidad por buscar nuevas oportunidades hizo que se quedara un año más. Finalmente, entendió que España era una plataforma para terminar de encontrarse como persona, por lo que volvió a Caracas aún más enamorada de sus raíces y con ganas de desarrollar un proyecto para su país.

 

ENTRE CUENTO Y CUENTO

Con un tono de voz agudo y una paciencia que parece no tener fin, Stefany explica, a través de anécdotas y microcuentos, cómo el arquitecto Carlos Raúl Villanueva diseñó los rincones más reconocidos de la UCV. Da Costa y Adriana pasaron todo un año preparando lo que iban a decir y moldeando la idea de los recorridos.  Revisaron bibliografías, montaron guiones y crearon las estrategias para las rutas;

“Decidimos tomar esos pequeños relatos pintorescos, graciosos, misteriosos y hasta locos que se han olvidado, para sacarlos a la luz y ponerlos en la boca y el sentir de la gente”.

A pesar de haber estudiado Arte, su amor por Caracas la puso más bien en la ruta de una carrera turística a través de Urbanimia. Entre risas e historia, hace que todos recuerden aquella ciudad que enamoraba a quien paseara por sus calles. Su misión es que Caracas comience a ser vista con ojos más felices. ¿Cómo lograr esto? Que cada visitante se asombre al menos con una de las historias para que, a partir de ese día, comience a ver sus alrededores de una nueva manera.

 

EL ENCANTO CARAQUEÑO

Tratar de buscarle el lado bueno a Caracas no resulta tarea fácil, admite Da Costa. A veces, el amor por su ciudad no logra vencer la idea de irse del país. Aproximadamente, entre 800 mil y millón y medio de venezolanos viven en el exterior. A pesar de entristecerle el número, no parece sorprenderle. Admite que, por ahora, no se iría de Venezuela. Pero, al ser una persona de tantas facetas, su indecisión se ve a leguas:

“Como emprendedora y creadora de Urbanimia te diría que no haría maletas todavía, pues disfruto mucho estar construyendo ciudad y mejores ciudadanos, sin embargo esa no es mi única faceta, por lo que no puedo decir de esta agua no beberé”.

 

La idea de abandonar Caracas le duele. Refiriéndose a la ciudad como “su casa”, Stefany tiene la misión de que todos quienes acuden a Urbanimia sepan más de ella de una manera didáctica y hasta jocosa. “Me encanta esta ciudad y por eso que es que hago lo que hago. “Quiero poner así sea un grano de arena para transformar nuestra casa en lo que era antes, no podemos seguir manejando un discurso tan negativo sobre Caracas”, comenta Da Costa.

 

ANÉCDOTAS E HISTORIAS

Petare, Chacao y Sabana Grande son tres de los múltiples recorridos que Stefany y su socia Adriana ofrecen. Hace poco más de un año comenzaron con dos rutas y algunos clientes de las zonas aledañas. Hoy en día, ofrecen once rutas para un público compuesto por caraqueños, personas del interior del país y varios extranjeros interesados por saber un poco más de la ciudad que los acoge.

Las anécdotas             que se adquieren al enseñar los rincones escondidos de Caracas son muchas. Escoger una sola no es nada fácil para Stefany, quien se toma su tiempo para seleccionar una de esos tantos episodios que vale la pena contar. Al final, cuenta la experiencia de una mujer que confesó que, a pesar de pasar durante tantos años por la avenida Urdaneta, nunca se había tomado el tiempo de fijarse en la fachada de la Santa Capilla. Apenas comentó esto, varias personas del recorrido confesaron que les pasaba lo mismo:

“Fue como si al unísono hubiesen tenido una revelación. Nos sorprendió constatar cómo la gente camina de forma automática y no se da cuenta de todo lo que se pierde a su alrededor”.

Aprender sobre tantas rutas, biografías y rincones es tarea que les tomó un año completo, pero para Stefany el trabajo se convirtió en placer apenas empezó a ver los resultados de ese 2012 lleno de libros y visitas a la biblioteca. Comenzaron con un recorrido a la semana y, ahora, son varios a la semana. Conseguir sentarse durante más de 30 minutos con alguna de las jóvenes empresarias es una tarea que requiere tiempo y grandes esfuerzos de logística. Stefany cree que su éxito se debe a que el cliente prefiere oír anécdotas o “chismes históricos” antes que la típica historia que todos conocen.

Admite que se le han olvidado bastantes detalles en los recorridos, pero nunca ha sido nada de mayor importancia. La información altamente relevante es planeada con tanto detalle como cariño. Por ahora, son ellas mismas quienes imparten los recorridos

Los planes futuros de Stefany están alineados con los de Urbanimia. La ilusión de este nuevo negocio la tiene ocupada, mas no estresada. Cada vez que comenta sobre una nueva ruta en construcción, su ilusión parece aumenta. Ahora, el nuevo proyecto en construcción es “La Ruta del Chocolate” en la Hacienda La Trinidad. Da Costa no comenta los detalles pues no quiere arruinar la sorpresa; lo único que hace saber es que, quienes hagan el recorrido, comerán bastante de este dulce mientras escuchan las  historias:

“Ya no hay excusa para quedarse en casa. Tampoco vale decir que en Caracas no hay nada que hacer”.

Stefany nombra, uno por uno, todos los recorridos que tienen a su disposición. Comenta que “Las esquinas de Caracas” y “Pequeñas historias de Sabana Grande” son las más populares hasta el momento. Todos los fines de semana, ambas socias se levantan muy temprano para ir a cubrir la ruta del día, en la que no solo hacen que la gente conozca un poco más sobre Caracas, sino que ellas también tienen la oportunidad de conocer todo tipo de personas:

“Este trabajo me ha hecho saber desde gente que ama la historia cultural hasta aquellos que simplemente vienen porque les regalaron el recorrido”.

Como recomendación final, Stefany sugiere que los transeúntes hagan una sola cosa: caminar. “Hay que empezar a caminar y ver hacia arriba, porque si siempre miramos al suelo, la Caracas que veremos será una triste y desolada. La clave está en mirar hacia arriba y disfrutar lo que la ciudad nos regala, a pesar de todo”.