Oscar Sambrano Urdaneta –nacido en 1929, Boconó, estado Trujillo− fue presidente del Consejo Nacional de la Cultura (Conac), de la Academia Venezolana de la Lengua y director de la Casa Nacional de las Letras Andrés Bello. Además, fue profesor de la Universidad Central de Venezuela (UCV) y de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL)
Alexander Useche
A tempranas horas de un día soleado —exactamente a las 8:00 am— transcurre la presentación del último libro del profesor Oscar Sambrano Urdaneta en el Palacio de las Academias, sede de la Academia Venezolana de la Lengua. El escrito lleva por nombre Obras de Julio Garmendia, una recopilación de todos los trabajos del también escritor y periodista venezolano, Julio Garmendia. Justo en el medio de la sala donde se celebra la presentación del libro, se encuentra Oscar Sambrano Urdaneta, “el Príncipe”, como le llaman sus amistades más cercanas.
Algo que caracteriza a Sambrano Urdaneta, además de su cabello y cejas pobladas de color gris, es la elegancia y formalidad al vestir. Esta vez asistió con un traje de color negro, con un broche de oro adornando una de las solapas del mismo, una camisa blanca y una corbata de color lila. Dirige su mirada hacia uno de los costados de la sala y hace un gesto con la mano para invitar a acercarse a su entrevistador, que identificó por ser, quizás, el más joven entre los asistentes.
—Buenos días, profesor. Felicidades por su nuevo libro y gracias por concederme la entrevista.
—Buenos días, estimado. Gracias a usted por asistir a la presentación y siempre es grato saber que hay interés en los jóvenes por conocer sobre mis escritos.
—¿Por qué hacer una recopilación de todas las obras de Julio Garmendia?
—Bueno, principalmente porque lo considero un gran escritor y porque nadie había tenido la intención de hacer una recopilación de sus obras. Además, me declaro un apasionado de sus trabajos y considero que Julio Garmendia, como cuentista, fue el precursor del surrealismo en Latinoamérica. Su obra La tienda de muñecos es una fiel prueba de esto que digo. Por último, pero no menos importante, me unió una estrecha amistad con Garmendia y siento que esta es una manera de honrar su trayectoria.
—¿Cómo pudo hacer para recopilar todos los trabajos de Julio Garmendia? Debió ser una ardua labor.
—Sí, lo fue, indudablemente. Digamos que tuve un poco de ayuda. A pesar de que a don Julio se le consideraba un poco esquivo y difícil de hacer amigos, logré trabar una muy buena amistad con él, principalmente por tener intereses en común, esta pasión por la literatura. Luego de su fallecimiento, su esposa me otorgó todos los escritos originales que poseía de sus obras, muchos de ellos no habían sido publicados. Esto me facilitó en gran medida el trabajo.
—¿Cuál fue la parte más difícil de todo este trabajo?
—Fíjese, don Julio Garmendia en la construcción de cada verso escribía tres opciones de frases para escoger una al terminar cada composición. Elegía la que más se adecuara a lo que escribía. En algunos de los escritos originales que recibí, estaban versos que no tenían esa frase escogida. Me tocó estudiar cuál sería la más adecuada, ensayando con cada una de las que estaban en papel. Al final decidía basándome en los conocimientos que tenía y la que me parecía que le gustaría más.
Una vida entre recopilaciones
Oscar Sambrano Urdaneta ha basado su vida en el estudio de las obras y vida de Andrés Bello. Dirigió la Casa Nacional de las Letras Andrés Bello y entre sus obras más destacadas están Aproximaciones a Bello y Verdades y mentiras sobre Andrés Bello.
—¿Qué se ha encontrado con la recopilación de las obras y el estudio de la vida de Andrés Bello?
—He comprobado que, efectivamente, es el padre de la literatura en Venezuela. Además, en Verdades y mentiras sobre Andrés Bello pude desmentir ese rumor según el cual marchó a Chile por no estar de acuerdo con el proceso de independencia. ¡Andrés Bello participó en las misiones diplomáticas con miras al logro de la independencia en Venezuela!
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Durante su vida, Sambrano Urdaneta asumió todo lo que emprendía con un toque de innovación. Esto se vio reflejado cuando en 2006 comienza la conducción y dirección del programa de Vale TV, Valores. “Espero estar a la altura del compromiso”, fueron las primeras palabras pronunciadas en este programa de televisión, donde llevó a otro nivel todo su trabajo de crítica literaria.
Además de esto, fue presidente del Conac de 1994 a 1999, en la presidencia de Rafael Caldera. En esta época, esta institución era el equivalente de lo que es en la actualidad el Ministerio del Poder Popular para la Cultura.
—¿Cómo se dio ese proceso de incursión en la política de Venezuela?
—La verdad nunca fui un político. A pesar de las creencias o afirmaciones de algunas personas, nunca estuve inscrito en un partido político ni seguí doctrinas o ideologías de alguno de ellos. Fui presidente del Conac, por una relación literaria que tuve con el expresidente Rafael Caldera, pues ambos éramos lo que llamamos “bellistas”, estudiosos de la vida y obras de Andrés Bello.
—Sin embargo ha participado en firmas de documentos con críticas de índole político. Ejemplo de esto fue el documento de los intelectuales a Marcos Pérez Jiménez; y otro, más reciente, presentado ante el Consejo Nacional Electoral junto a Pompeyo Márquez.
—A ver, todos estamos inmersos en la política de un país, pues está en el día a día. Sin embargo, no me considero un actor político, sino un defensor de sus ideales y crítico de lo que no considera justo.
—¿Cómo evalúa su paso por el Conac?
—Fue difícil. Siempre he procurado que cualquier labor que desempeñe bajo algún cargo sea lo más transparente posible. En esta institución cultural, que en esos años estaba tan ligada a la política, me encontré con irregularidades. Sin embargo, traté de minimizarlas a través de un sistema de seguimiento que servía como gestor cultural, dando las mismas prioridades de aporte del gobierno tanto a empresas culturales pequeñas, en el interior del país, como a las grandes de la capital. Con esto me gané muchas críticas, algunas provenían de personas como Miguel Henrique Otero, por ejemplo. Con el pasar del tiempo, entendieron que no lo hacía por perjudicar a nadie, sino todo lo contrario. Fueron momentos amargos.
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Con el transcurso de la conversación, el profesor Oscar Sambrano Urdaneta no cambiaba sus maneras cordiales, cultas y elegantes de actuar y responder, sin importar si se tocaban temas sensibles o gratos para él.
—¿Por qué el apodo de “el Príncipe”?
—(Risas). Pues eso es autoría del escritor Manuel Bermúdez. Todo bajo el argumento de que le parecía que tengo muy buenas maneras de comportamiento. Varias amistades también lo apoyaban, pues consideran que soy cordial y elegante. Mi esposa le ha agregado el adjetivo de buen mozo. Es muy grato recibir estos buenos comentarios.
—Ya que menciona a su esposa, la señora Yolanda Sambrano, me ha mencionado que, además de buen escritor, es buen cocinero, cantante e incluso amante de la jardinería.
—Sí, sí. Sin duda la jardinería es mi segunda pasión. En nuestra casa tengo un gran jardín en el que trabajo día a día. Me gusta el olor que desprenden los jazmines, por ejemplo. Tengo un jazminero que apodé Julio Garmendia en honor a mi gran amigo. Además, son una especie de símbolos. Planté cuatro pinos que simbolizan a mis hijas, Marta Yolanda y Alejandra, a mi esposa y el último a mí. También tengo un árbol rosa de montaña, fue un obsequio de don Francisco Tamayo. Bajo este árbol se casó uno de mis nietos. Las plantas son algo maravilloso. En cuanto a lo de buen cocinero, sí, me gusta la cocina. Podemos decir que es mi pasatiempo. Pero, sin duda, lo que más disfruto es la música.
—¿Cuáles son sus cantantes favoritos o tipo de música favorita?
—Chavela Vargas y Leo Marini son los artistas que más disfruto. Sí, nostálgicos, pero lo compenso con el baile de un pasodoble que es alegría pura para el alma.
En definitiva, el profesor Oscar Sambrano Urdaneta, además de buen crítico literario y uno de los intelectuales más importantes de Venezuela, está dotado de arte en diferentes expresiones. “El Príncipe” es mucho más que un eventual nombre artístico.
Excelente!!!