Hoy concluye el octavo Festival de la Lectura Chacao, en el cual se rindió tributo a la escritora Elisa Lerner. Con este espacio de encuentro e intercambio, además de empujar la vital liquidez del comercio librero, Caracas logra verse en un espejo distinto
Sebastián de la Nuez
Ayer sábado, después de la lluvia, la plaza Altamira se puso más amistosa que nunca. La tarde fue de encuentro, vibró entre la feligresía del libro una nota muy ciudadana y Albe Pérez, presidenta de Cultura Chacao, estaba contenta por eso y porque los propios libreros le han dicho que las ventas no han estado mal, después de todo.
La gente es la que finalmente construye los espacios públicos. Y la gente estaba compartiendo en franca camaradería, como si no viviera en una de las ciudades más violentas del mundo. Eso lo han logrado las instituciones que a lo largo de estos años se han empeñado en este festival, plena convocatoria a editoriales, librerías y libreros independientes —se vienen algunos que suelen estar en el puente de las Fuerzas Armadas, por ejemplo.
La embajada de España ha sido consecuente. Algunas instituciones con músculo financiero, también. Pero sobre todo el Festival es obra de la ciudadanía, que mira esta plaza, por estos días de celebración de las letras quijotescas, como un refugio o como si el corolario de todo fuera “devuélvanme a la ciudad que conocí, que se parecía a esto”.
Han desfilado poetas, juglares, psicólogos, analistas políticos, periodistas, historiadores y escritores de todo género hablando sobre sus libros o disertando sobre las materias humanas, técnicas, esotéricas, sincréticas y en general divinas, que son las que hacen al ser humano más humano. Abres tus espacios cotidianos, abres el haz de tus intereses. Algunos de quienes desfilaron llevan en su verbo mucha prosapia, otros simplemente regalan lo que tienen por dentro y estos suelen ser los más valiosos, de los que uno se lleva algo y lo guarda para siempre.
Ayer, Eduardo Liendo —el autor celebrado el año pasado, el de Los platos del diablo— hizo reír a un público nutrido al que logró conquistar con la mera gracia de su palabra. Luego, María Teresa Torres, Cheo Carvajal y Tulio Hernández hablaron de la ciudad y de sus posibilidades de escritura y lectura, y la discusión entre Carvajal y Hernández tuvo plena actualidad: sobrevoló Unicasa, en Bello Monte. Así caminan los conversatorios, de aquí para allá y viceversa, incluyendo a la horda bachaquera y la bellísima colección de crónicas que ha recopilado Torres para Ediciones Fundavag, Fervor de Caracas. Faitha Nahmens moderó pero dejó plena libertad inmoderada, como debe ser.
Después estaban César Miguel Rondón, Antonio López Ortega y Aquiles Báez, cada quien en su registro, hablando y tocando a partir del libro que editó Banesco bajo la coordinación de Ortega, Nuevo país musical. Si usted quiere enterarse de las maravillas que hace la gente musical en este país, y que no necesariamente se apellida Dudamel, busque este libro, que además trae dos discos compactos con la propia demostración. Báez se lució con su homenaje personal a Astor Piazolla.
Y en la plaza sur, o sea, cruzando la avenida, el anfiteatro con los premios de El Estilete, la editorial asociada a la librería Lugar Común. Después habría de estar el guitarrista Álvaro Falcón cerrando la jornada junto a otros dos guitarristas, Eddy Pérez y Juan Ángel Esquivel. Aforo lleno.
Una originalidad de esta edición: cada vez que quien esto escribe entraba por la esquina este de la plaza, frente al hotel, lo abordaba un caballero con un papelito: COMPRAMOS LIBROS USADOS. Es decir, el mercado marcha a doble vía, pero se mueve. El e-book no ha ganado todavía la carrera.
En fin, días de gloria para el municipio Chacao. Ojalá sea este escenario un atisbo del país que ha de sobrevivir a lo que ha sido la impronta de la mediocridad y la barbarie de estos últimos 17 años.
Foto de arriba: El escritor Eduardo Liendo y su público, ayer alrededor de las 5:30 pm.
Foto del medio: la tarde del sábado 30 con el obelisco apuntando al infinito.
Foto de abajo: De izquierda a derecha, Mariela Colmenares (Banesco), el historiador Elías Pino y Albe Pérez (Cultura Chacao), el pasado sábado 23 de abril. Al fondo, ciudadanos.
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