En el museo Bárbaro Rivas, en el casco histórico de Petare (en día domingo ofrece su rostro más bucólico), se abrió una muestra con cincuenta artistas plásticos denominada “Creadores-recuperadores. Tres generaciones”. Detrás de todo está la figura empeñosa de Carmen Sofía Leoni
Sebastián de la Nuez
Este domingo allí estaba Perán Erminy a pesar de sus recientes afecciones y recaídas. Erminy ha sido, según Carmen Sofía Leoni, alma de este museo que más bien parece una galería. El lugar es otra muestra de esa fortaleza criolla capaz de sobrevivir a cualquier hecatombe. En este caso, la fortaleza lleva nombre de mujer aunque el museo le rinda homenaje a un caballero, Bárbaro Rivas.
Está subvencionado —hasta cierto punto— por la Alcaldía de Sucre. Sin embargo, se mantiene sobre todo a tracción humana. Son diez personas que lo hacen todo más el carro de Carmen Sofía que transporta las obras cuando es menester.
Con materiales de la cotidianidad, papel o cartón o pedazos de madera; botellas plásticas, tapas, cajas de fósforos, bisutería, pedazos metálicos de maquinarias en desuso: con todo eso y otras cosas indescifrables han hecho sus propuestas los artistas de esta muestra ecléctica pero jamás arbitraria. Obras que son como artefactos armados, pigmentados o con su materialidad al desnudo; parecen lo que son pero al mismo tiempo revelan algo más.
Cada quien deja caer ese algo más por su propia cuenta. Voluntad soterrada, compartida, sobre lo sustentable o no sustentable de esta tierra de gracia, de esta ciudad hecha de escombros y degradaciones. Unos gallos en pelea, una talla, un móvil que semeja una célula, un tablero digital convertido en figura decorativa, un violín, libros de Úslar Pietri, una primera plana de El Carabobeño con putrefacto inodoro florido. Hay más: muñecas, esperpentos, estampas del costumbrismo, fotografías intervenidas… Están representados, entre otros, Miguel Von Dangel, Feliciano Carvallo, José Vívenes, Manases Rodríguez, Elsa Morales, Juan Bravo, Javier León, Ricardo Benaim, José Domingo Escalona.
La muestra se halla diseminada en varias habitaciones de esta antigua casona colonial con patio soleado en el centro, como debe ser. Carmen Sofía es la hermana mayor de Luisana, Raúl Andrés, Lorena y Álvaro: los cinco hijos que tuvo el matrimonio de Raúl Leoni y doña Menca.
Este museo —que nació de la mano de la Fundación José Ángel Lamas— se inauguró oficialmente el 22 de enero de 1984 y Carmen Sofía siempre estuvo allí, con la firme apuesta a favor del arte popular. Ella comenzó siendo concejal.
Hay un detalle: si usted va en metro y se queda en la estación de Petare, el casco histórico le quedará cerca; pero tendrá que atravesar un pedazo de Calcuta en su peor época. En la presentación de la muestra en este museo de arte popular, el texto alude a un antecedente: el arte de ruptura con lo institucionalizado que caracterizó la Europa de entreguerras, “un punto de inflexión para una nueva manera de ver y entender el arte”. Era una reacción que acompañaba aquel sentimiento de desolación, de pérdida, tras los años terribles de la contienda mundial. Como lo que vive hoy la sociedad venezolana, aun guardando las distancias.
Las claves de la sicología social tienden a repetirse; que ello tenga un correlato en las propuestas donde se encuentran la cultura de masas y la de élites puede ser lo más normal del mundo. Un zapato viejo puede convertirse en una obra.
Fotos: la de de arriba no es propiamente de la muestra «Creadores-recuperadores» sino que se debe a un ejercicio colectivo sobre los 449 años de Caracas. En el centro está Carmen Sofía Leoni, directora del museo. Y abajo, la muñeca «Ruperta» de Elvia Armas. Esta sí, forma parte de la exhibición en referencia.
Deja una respuesta