Poeta en la ciudad devastada

Vasco Szinetar posa para su hijo Mikel en alguna calle de una ciudad no identificada (cortesía de Mikel Szinetar).

El fotógrafo y poeta Vasco Szinetar abre una muestra en SPAZIOZERO, la galería de Colinas de Bello Monte que se mantiene muy activa. En Caracas, la inquietud por documentar la tragedia y el desmoronamiento social es, también, una forma de rescate y aseguramiento de la memoria, arte útil en torno a una cotidianidad dolorosa

 

Sebastián de la Nuez

Vasco Szinetar es inquieto, embarcador y parlanchín. Siempre anda con algún tipo de cámara en sus faltriqueras. Es muy conocido por sus fotos de asomao frente a un espejo con intelectuales latinoamericanos, su huella traviesa que enarboló como trade mark en los años 80. Había algo del cazador cazado en esas imágenes. Era un muchacho impertinente y ávido de cartel, desde luego; pero con talento. Se fue a Cuba a realizar el primer gran reportaje de la revista Exceso, y puede que todavía quede historia por reconstruir sobre los primeros tiempos, históricos, del proyecto periodístico de Ben Amí Fihman.

Vasco es Vasco, donde lo pongan. Ahí está Jorge Luis Borges en el espejo y él con cara de «lo logré», una foto que, muchos años después, ha ocupado la portada del prestigioso suplemento Babelia del diario El País. Vasco es el cerebro del Archivo Fotografía Urbana, detrás del cual se halla su amigo Herman Sifontes, el mismo de la Fundación para la Cultura Urbana (por cierto, la página web de este Archivo es muy buena pero la tienen abandonada). Ahora Vasco presenta en SpacioZero, una galería de patio soleado y salas de casa fresca y amplia, una muestra actual de su inquietud callejera. Dice la nota de Prensa enviada por la emprendedora Graciela Yáñez Vicentini que en ella el fotógrafo ofrece su “mirada acuciosa” en formatos variados. Cita Graciela a Lorena González Inneco, curadora de la muestra:

Es un proyecto donde el artista desciende hacia los bordes innombrables de nuestro doloroso paisaje urbano, levantando imágenes que funcionan como epígrafes de la mirada. La obra se va construyendo a partir del diálogo de este observador preocupado, paseante agudo que va compilando un diario personal sobre el complejo desmoronamiento social que se está tejiendo a su alrededor.

La muestra Caracas Postcards / Últimos apuntes se inaugura hoy sábado 14 de julio a las 11:00 am. Mientras tanto, en Madrid, se encuentra en todo su esplendor el calor que agobia y el festival de la fotografía que contiene todas las tendencias posibles, PhotoEspaña, que no agobia sino que empapa. La fotografía de la desgracia en Venezuela es, hoy en día, todo un género y conlleva tendencias, puntos de vista, acercamientos originales, herramientas de distinto alcance. Esa variedad es un tesoro artístico y documental. Recuérdese lo que dijo Milán Kundera: la memoria no filma, fotografía.

Esto que están haciendo Vasco y muchos más, desde la calle o desde los campos desolados en el interior del país, es drama y es tormento de un pueblo escarmentado; pero también es viñeta de lo risueño, escena vívida de la esperanza o de la solidaridad, ilusión de una posibilidad futura. Hay que recabar todos esos materiales dispersos. Hay que fomentar, construir, una gran exposición itinerante y universal. Una inequívoca muestra de esa riqueza periodística y artística que ponga en el mundo, en sus grandes espacios culturales, la historia esperpéntica de la sinrazón ideológica. Que lo haga de manera ordenada y didáctica, poniendo las imágenes en su debido contexto con reseñas breves que lleguen a todos, en todos los idiomas posibles. Algo que prevenga a los demás países de ciertos peligros latentes en el populismo y el adanismo. Seguro que hay gobiernos de países demócratas que podrían apoyar un proyecto así.